Piscinas públicas y privadas, una opción para los quiteños en feriado
El domingo de feriado Lucía Villarroel madrugó como si fuera un día ordinario. Sus hijas Yamileth y Emilia Villota la despertaron desde las 05:00. La ilusión de las pequeñas, de cuatro y 11 años, era que sus padres las lleven rápido a nadar.
Después de tomar café y alistar los flotadores, ternos de baño, zapatillas y toallas la familia salió desde Calderón, al norte de Quito, a las 06:30. Se subieron a cuatro buses y llegaron finalmente al balneario municipal de Cununyacu. Ese lugar está ubicado en las faldas noroccidentales del cerro Ilaló.
Antes de las 09:00 las niñas ya estaban chapoteando dichosas en las piscinas. “No pensamos que la entrada no iba a costar. El lugar está hermoso, bien cuidado. Es la primera vez que lo visitamos”, contó la carchense mientras vigilaba que sus hijas no corrieran mojadas por los bordes de las albercas.
Los días de feriado el Municipio de Quito abre sus balnearios sin costo. Entre ellos: Cununyacu, La Moya, El Tingo, Rumiloma, Píntag, Tababela, Puembo, Pifo, Atahualpa y Puéllaro.
Carlos Villarreal, administrador de Cununyacu, dijo que el sitio tiene una capacidad para 2.500 bañistas. El sábado, por las lluvias que se registraron en la capital, el lugar tuvo poca acogida, pero ayer se calcula que unas 1.500 personas lo visitaron.
Entre ellos Santiago Segovia y su familia. Él llegó, a las 08:00, con su esposa e hijas. El quiteño asegura que el paseo vale la pena. “El lugar es amplio y cuenta con varias piscinas. Por suerte sí tenemos opciones para disfrutar sin gastar mucho”.
Además de los espacios recreacionales del Cabildo, los capitalinos tienen otras alternativas. Por ejemplo, en la vía a la Mitad del Mundo está el complejo recreacional Granilandia. La entrada cuesta $6 para adultos y $4 para los niños.
Allí hay gimnasio, canchas deportivas, hidromasajes, bar, karaoke, discoteca, toboganes, piscinas al aire libre y temperadas cubiertas.
Ayer, según Janeth Clavón, administradora de Granilandia, 600 personas concurrieron al centro turístico.
Uno de ellos fue Mauricio Peñaherrera. Él llegó desde Solanda, al sur de Quito, con su esposa, suegra e hijos. “Queríamos ir a la playa, pero por falta de dinero y también por la inseguridad preferimos no salir”, confesó el padre de familia.
Los quiteños que no tengan planes fuera de la ciudad pueden ir a los distintos balnearios, desde las 08:00 hasta las 16:30. Se recomienda llevar ropa de baño, zapatillas, protector solar y repelente. (I)