Peces de La Alameda son trasladados a otras lagunas
Paula Sánchez, de 9 años, se detuvo el lunes pasado en un banco cercano a la laguna de La Alameda, se paró de puntillas y miró con curiosidad cómo el agua de la laguna se iba vaciando. Volvió la mirada a su compañera de juegos y exclamó: “¡Qué pena!, pobres pescaditos. Yo podría cuidar uno de ellos. Me gustan los naranjas”. Y la misma inquietud la expresaron varios transeúntes del sitio, quienes con asombro veían cómo una larga tela verde cubría la zona del espejo de agua.
Desde aquel día, la Empresa Pública Metropolitana de Movilidad y Obras Públicas (Epmmop) inició el mantenimiento del espacio acuático capitalino.
Mientras, bajo la superficie del agua era posible observar a peces de tonos naranjas, plateados, cafés, entre otros, nadar plácidamente, ajenos por completo al descenso paulatino del líquido que les albergaba.
Personal de la entidad municipal encargada de la limpieza del espacio indicó que se prevé que hasta el viernes, la laguna se encuentre totalmente vacía.
Por ello, la institución apresuró el traslado de los peces a las lagunas de los parques Bicentenario y Equinoccial. Los animales son transportados en grandes tanques azules hacia su nuevo hogar. El trabajo se realiza con precaución. Los más pequeños son los más difíciles de atrapar, por lo que redes son utilizadas por los trabajadores para poder capturarlos.
En tanto, las barcas de alquiler propiedad de Luis Rivera se encuentran varadas en el propio parque. Se conoció que durante los tres meses de intervención de la laguna, el dueño planea arreglar los botes para dejarlos como nuevos.
Como parte de los trabajos, la Epmmop retirará escombros y residuos. No obstante, la intervención será más profunda, pues cada tres años se hace necesario el cierre total del espejo de agua para ejecutar un mantenimiento más a fondo y ese periodo se ha cumplido.
Por ello se actuará en cuanto a control de sedimentos, succión, inspección de funcionamiento de bombas de agua e implementos de proyección láser, y demás labores que permiten alargar la vida útil de los equipos que funcionan en el sitio.
Los escombros y sedimentos se llevarán a lugares establecidos por el Municipio y en algunos casos servirán como material de abono para plantaciones. El parque es visitado a diario por unas 8.000 personas y los fines de semana, el número se triplica.