Nuevos tramos de ciclovía generan críticas y malestar en Quito

Señalética horizontal y vertical sobre movilidad en bicicleta fue colocada en varios puntos de Quito en las últimas semanas.

El hecho de que parte de las intervenciones se hiciera alrededor de la Casa de la Cultura Ecuatoriana (CCE) y entrara en operación el día de la inauguración de la conferencia Hábitat III ha generado críticas.

Galo Pozo, un usuario constante de ese medio de transporte, considera ‘sospechoso’ que se haya establecido zonas de circulación de  bicicletas en esa zona, “justo cuando iban a llegar delegaciones da varias partes del mundo”.  

Pozo añade que la delimitación de las áreas para ciclistas parecería haber sido hecha sin criterio. “Al apuro, solamente para hacer creer que se trabaja en favor de la movilidad alternativa”.

La Alcaldía asegura, por su parte, que esos y trabajos similares relacionados con la circulación de peatones obedecen a un estudio técnico realizado con anterioridad.

Sin embargo, el viernes circularon en redes sociales fotografías que mostraban que la pintura verde colocada como indicativo de la prioridad de ciclistas y transeúntes había empezado a esfumarse en algunos de los cruces.

La colocación reciente de parantes con anuncios verticales de la existencia de ciclovías en otras zonas de la capital tampoco es bien vista por la gente.

Aquello ocurre, por ejemplo, en la acera oriental de la av. Los Shyris (en el centro-norte), donde se observan señales nuevas de este tipo.

La instalación de los avisos, sin embargo, no estuvo acompañada de la delimitación horizontal de las zonas de circulación para ciclistas.

Tanto las veredas como la vía lucen desprovistas de pintura que marque los lugares por los que pueden transitar los vehículos no motorizados. Tampoco existen tachas reflectivas o separadores viales que cumplan el mismo objetivo.

Laura Bermeo, quien paseaba a bordo de su bicicleta cerca al parque La Carolina el viernes pasado, considera que haber plantado señales “sin ton ni son de la noche a la mañana” es una burla para quienes  luchan por una ciudad inclusiva con el peatón y los ciclistas.

Durante cerca de una hora, además de Bermeo, ningún otro conductor de bicicletas circuló por la zona el viernes.

La mujer atribuyó el hecho a que nadie sabía que la Municipalidad había convertido en ciclovía esa zona de la capital.

Por su parte, Patricio Rocha considera que, aunque hay que afinar detalles, la creación de nuevos tramos de rutas es positiva.

El sur espera por su ciclovía

Entre tanto, está pendiente el ofrecimiento de la Alcaldía de extender la red de ciclovías de la ciudad hacia el sur y otras zonas de la urbe.

Según el proyecto, “la Ciclovía Sur tendrá una extensión de 38,11 km desde el Centro Histórico hasta la av. Cardenal de la Torre. En tanto que la Ciclovía en Cumbayá tendrá una longitud de 12,06 km desde la av. Francisco de Orellana hasta el Redondel de Las Bañistas”.

Sin embargo, esta parte del proyecto ha generado resistencia en algunas zonas del valle de Tumbaco.

El 29 de septiembre, por ejemplo, vecinos y comerciantes de la calle María Angélica Hidrobo, en la parroquia Cumbayá, protestaron porque la Zona Azul había sido eliminada allí para dar paso a un tramo de ciclorruta.

Esta acción provocó que las autoridades suspendieran (no se sabe por cuánto tiempo) el proyecto en ese lugar del Distrito Metropolitano. De acuerdo con los planes del Cabildo, hasta fines del próximo año la ciudad contaría con 200 km de vías para bicicletas, incluidos los espacios recreacionales. (I)