Nuevas vías para los moradores de los barrios de Conocoto
En el barrio San Francisco de Conocoto (suroriente de Quito) se inauguró ayer el adoquinado de la calle Panzaleo, ubicada entre las calles Chillo Jijón y Río Tajamar. Los habitantes del sector se mostraron satisfechos con la nueva infraestructura, cuya inversión fue de 143.168 dólares.
La obra es de vital importancia porque es una arteria vial que conecta el cantón de Rumiñahui con el Distrito Metropolitano de Quito. Los moradores esperaban la remodelación de la calle desde hace varios años.
“Íbamos a visitar al alcalde para empezar con la gestión de la obra. Después de tantos años de espera por fin nos escucharon”, dijo José María Caiza, agricultor de 81 años que vive en el sector desde hace cuatro décadas.
La remodelación se efectuó entre la calle Chillo Jijón y la calle Río Tajamar, que tiene un área de 10.290 metros cuadrados de construcción y una longitud de 735 metros. Además del adoquinamiento se realizaron trabajos de alcantarillado y de agua potable, en coordinación con la Empresa Pública Metropolitana de Movilidad y Obras Públicas (Epmmop).
Mujeres, niños, jóvenes y adultos escucharon atentos el discurso de Jorge Albán, alcalde (e), quien explicó que la regeneración de la calle ayudará a descongestionar el tráfico de la zona, especialmente en las horas pico. “La obra no solo beneficiará a los moradores sino a todos los que concurren por allí”, manifestó.
Albán añadió que el adoquinamiento evitará el paso obligatorio por la Bocatoma, vía congestionada por cientos de vehículos que circulan a diario.
El tráfico no era el único problema en esta localidad. Eso lo sabe María Andrade, quien también se dedica a la agricultura y es madre de dos niños. Recordó que cuando iba a dejarlos a la escuela tenía que pasar por la calle enlodada y esquivar huecos y polvo. “Esto se ponía peor en el invierno. Pensé que la obra nunca iba acabar. Habíamos perdido la fe”.
Con esta calle ya adoquinada, se va a dar una gran integración entre los barrios San Francisco. Los moradores se mostraron positivos, ya que se dieron cuenta de que, con la regeneración de la vía, los terrenos en los que ellos viven podrían alcanzar un valor más alto.
Así lo comentó Ema Maoña, quien tiene una propiedad a pocos metros de la vía. Ángel Paredes, morador del sector, quien se dedica a la venta de maíz, habló de otra ventaja: “Vamos a aumentar la venta de nuestros productos porque será más fácil transportarlos hasta Quito”.
Paredes agregó que todavía hay obras pendientes. Una de estas es la construcción del puente sobre el río Capelo, que también serviría como vía alterna para conectar los dos cantones. Albán adelantó que los trabajos ya empezaron y existe el compromiso con el cantón Rumiñahui para culminar con la obra.