El municipio capitalino tiene previsto intervenir 44 paradas
Nuevas estaciones del Trole no se acoplarían a los buses antiguos
Un adhesivo pegado en las puertas de los trolebuses advierte a los pasajeros que deben tener “precaución al embarcar y desembarcar de la unidad”. Un aviso similar aparece en algunos de los buses articulados que adquirió la Alcaldía de Quito el año pasado mediante un crédito no reembolsable de más de $ 15 millones del Banco del Estado (BdE).
Aunque las pegatinas tienen tiempo de haber sido colocadas, el mensaje cobra actualidad a propósito del inicio de la operación de 10 de las 44 paradas que son intervenidas por el Cabildo.
Esto porque las nuevas estaciones presentarían desfases respecto a la altura y capacidad de acoplamiento de los antiguos trolebuses, que llevan en circulación hasta 20 años.
En la renovada parada El Florón, por ejemplo, los conductores no logran acercarse lo necesario para que las rampas de no más de 10 centímetros que se desprenden de las puertas formen un puente con las zonas de embarque y desembarque.
En ese caso, los usuarios deben dar un brinco para evitar el espacio de entre 20 y 25 centímetros que se forma entre el ‘trole’ y la parada.
Un kilómetro más al norte, la parada La Y es unos 10 centímetros más alta que los trolebuses, lo que obliga a los pasajeros a realizar alguna pirueta para subir o bajar del medio de transporte.
La altura de las antiguas paradas del Trolebús es de 75 centímetros.
Una persona con discapacidad visual que se gana la vida cantando en el transporte municipal comentó que ha sufrido inconvenientes desde el viernes, cuando empezaron a utilizarse las 10 paradas reconstruidas. “Ayer (lunes) casi me caigo de un ‘trole’ porque no me di cuenta de que la rampa no quedaba pegada a la nueva parada”, aseguró.
En tanto que Raquel Serrano, una maestra de 45 años que padece de artritis reumatoide, se quejó por las dificultades que ha encontrado en los últimos días para utilizar el sistema de transporte municipal. “Mi enfermedad me impide caminar con facilidad y mucho menos saltar para subir o bajar de los trolebuses. Ojalá que los biarticulados que tanto anuncian ayuden a personas como yo, con problemas para moverse”, afirmó.
Según el alcalde Mauricio Rodas, la inversión prevista de alrededor de $ 13 millones para la renovación de 44 paradas tiene por objeto adecuarlas a las dimensiones de los 80 biarticulados que se espera lleguen en las próximas semanas y operarán en la ruta del ‘Trole’.
Sin embargo, las dificultades para el embarque y desembarque de las viejas unidades no desaparecería con la llegada de los nuevos buses.
Esto porque a pesar de la futura incorporación de las unidades biarticuladas, el Cabildo maneja desde hace años el proyecto de mantener en circulación a los antiguos ‘troles’.
De hecho, el 21 de diciembre pasado, el Concejo Metropolitano aprobó la extensión de la vida útil de los vehículos de transporte público. En la normativa se incluyó a las unidades articuladas y biarticuladas, cuyo tiempo de operación se amplió de 20 a 25 años.
La idea, de acuerdo con Carlos Poveda, exgerente de la empresa de pasajeros municipal, es que los antiguos trolebuses sean sometidos a un proceso de overhaul para ponerlos a punto y permitir su funcionamiento por 5 años más. (I)