El personaje
Nelson es una 'biblioteca andante' de aves
Cuando tenía 5 años, los padres de Nelson Apolo decidieron abandonar Loja y situarse en una finca, a 4 kilómetros de Mindo, en el noroccidente de Quito.
Pasaron los años y su amor por la naturaleza crecía. Pero su pasión llegó en el 2008, luego de que Javier Arias, su amigo, lo invitara a un avistamiento de aves en la zona de Mindo.
“En este conteo me prestaron binoculares y un telescopio, con este último pude observar a lo lejos un tucán. Lo vi tan cerca que desde ahí nació mi pasión por las aves”.
Luego de ello, realizó talleres sobre aves de conservación durante dos años y medio.
Por ejemplo recibió capacitaciones sobre reconocimiento, guía, cómo atraparlos (observarlos). También obtuvo conocimientos por su cuenta y con amigos, “fue una linda experiencia ir al bosque y reconocer el canto de los animales”.
A sus 26 años, Nelson es parte del equipo que guía en la Reserva Bellavista. También recorre zonas como Silanche (Puerto Quito) y a la reserva Antisana.
Antes de guiar a grupos especializados internacionales que llegan hasta Bellavista para observar aves, Apolo reconoce que al inicio tuvo nervios. Con el pasar de los días, ese miedo se fue.
“Me presento, les pregunto sobre sus intereses en la observaciones de aves, si desea ver algún ave en específico o disfrutar de todo”.
Reconoce que existen turistas “hardcord”, es decir muy especializados, “tengo que prepararme bien al día anterior porque estos señores saben todo y debo guiarles”.
Así mismo, tienen conocimientos de otros animales y de plantas, especialmente de las orquídeas.
“Casi siempre guío en inglés. Antes de interesarme por las aves no sabía nada del idioma pero tras asistir a un curso de 6 meses en Quito, las puertas se me abrieron muchísimo”.
Recuerda que al principio, los turistas poco lo entendían pero “me corregían de manera muy amable”.
Para quienes estén interesados en el turismo de avistamiento de aves, Nelson recomienda tener a la mano unos binoculares. Los expertos además de este artefacto, usan telescopio.
“Lo más imparte, antes de estos dispositivos es tener los cinco sentidos a tu alrededor, especialmente la vista y el oído”.
Aunque la mayoría de sus conocimiento los obtuvo de manera empírica, su deseo para el próximo año es terminar la licenciatura de Guía Nacional en Quito. Y tampoco desestima seguir preparándose a nivel internacional.
“Aquí en la reserva trabajo 22 días y descanso 8. Cuando tengo tiempo libre también me dedico a autoeducarme, a leer sobre las aves y también de otras especies. La naturaleza es mi fuente de trabajo y de vida”. (I)