El alcalde Mauricio Rodas inauguró anoche la llamada ‘fiesta de la luz’
El centro de Quito se llena de luz hasta el domingo
Hasta el momento en que inició el programa de inauguración de la ‘Fiesta de la Luz’, a las 18:30 de ayer, las calles y plazas del centro de Quito estaban prácticamente vacías.
En la Plaza de Santo Domingo, por ejemplo, una veintena de personas aguardaba sentada en las bancas del espacio público que arrancara la proyección de imágenes en ese punto de la capital.
El sitio más concurrido era la Plaza de la Independencia, más conocida como Plaza Grande, que al momento del arribo del alcalde Mauricio Rodas se mostraba casi llena, aunque con algunos claros.
Pero cuando el mapping sobre la fachada de la Catedral culminó, junto con los juegos pirotécnicos media hora después, la situación había cambiado. Cientos de personas empezaron a movilizarse por el Centro Histórico hacia los 8 puntos donde se realiza el espectáculo.
La peatonalización del casco colonial complicó las conexiones viales entre el norte y sur, generando tráfico en vías como las avenidas Velasco Ibarra, Pichincha y Mariscal Sucre, convertidas en rutas de desfogue por parte de los conductores.
‘Un universo poético’ es el mapping que encendió el alcalde de Quito sobre las paredes de la Catedral. Una creación de Daniel Knipper que deja apreciar la belleza de la iglesia a través de una combinación de luces y sombras.
El artista explicó que su propuesta es para destacar puntos que nadie toma en cuenta a diario, como los árboles que están en la plaza.
La Alcaldía capitalina espera superar este año los 1,5 millones de espectadores que, según sus cálculos, estuvieron en la primera edición de la ‘Fiesta de la Luz’, realizada en 2016. El evento, en su edición 2017, contiene creaciones de seis artistas franceses y cinco ecuatorianos.
La obra Altar de Luz, de Isabel Páez, se exhibe en la Basílica. La instalación resalta la importancia que se dio a la flora y fauna del país cuando se construyó el templo. Esta obra tuvo el apoyo de 14 voluntarios.
El encuentro de los artistas
Horas antes de la muestra, los artistas participantes compartieron sus experiencias en la Alianza Francesa, donde explicaron cómo crearon sus trabajos. Patrice Warrener, por ejemplo, presenta su obra Basilicolor, sobre la fachada de la Basílica. Es una iluminación polícroma, con un objetivo contemplativo.
Sobre la Iglesia de Santo Domingo se proyecta Obra Natura, de Laurent Langlois. Se trata de una propuesta a base de collages que exponen la naturaleza de Ecuador.
Las figuras fueron creadas por Paula Barragán, quien apoyó en las ilustraciones. La artista contó que las imágenes se tomaron de la serie La jungla de papel.
Camille Gross y Leslie Epsztein usan como lienzo el Teatro Sucre para escenificar ‘Voyage’, un viaje temporal con las relaciones entre Ecuador y Francia como fondo.
Eric Michel y Akari Lisa Ishii, presentan Platonium (Platón). Una obra que combina la filosofía con la tecnología, que despliega 324 cintas verticales luminosas con tres metros de ancho. La tecnología utilizada combina la fibra óptica con la fibra sintética. La creación se exhibe en la llamada Plaza Chica (Guayaquil y Chile).
En la Plaza de San Blas, el artista Miguel Vélez exhibe su creación ‘Torre Mitad del Mundo’. En una torre de nueve metros se escenifica el monumento del mismo nombre. Para emular el planeta Tierra, se diseñó una esfera similar a la que se colocaban en las discotecas de los 70.
Pablo Mora expone su propuesta ‘Vitrales’, una secuencia de cinco imágenes proyectadas en la calle Sucre, sobre el muro lateral de la Iglesia de la Compañía.
La Iglesia de La Merced acoge ‘Estratos’, de Fidel Eljuri y Nicola Cruz. Una composición a partir de sonidos analógicos, grabaciones de campo, imágenes en movimiento y gráficos generados por computadora, que explora el volcán Cotopaxi y sus alrededores. (I)