La supuesta reducción de los costos de la Fase II del Metro, anunciada por el alcalde Mauricio Rodas y que bordearía los $ 50 millones, se basa, hasta ahora, en el traspaso de la implementación de 2 elementos del sistema a nuevas manos.

Se trata del Sistema Integrado de Recaudo (SIR) y de la subestación eléctrica El Labrador que ya no serán responsabilidad del consorcio Acciona-Odebrecht, al que se adjudicó el contrato de la segunda fase.

Con dicha modificación se habría logrado la ‘rebaja’  en el precio de la Fase II a la que el alcalde Rodas se ha referido desde la semana pasada como un logro de su administración en las negociaciones con el consorcio hispano-brasileño.

En el caso de la subestación, su costo lo asumirá la Empresa Eléctrica Quito (EEQ), de la que el Cabildo capitalino es propietario del 23,87% de acciones.

El concejal Jorge Albán, coordinador del bloque de Alianza PAIS (AP), expresó ayer su preocupación sobre el mecanismo de traspasar responsabilidades “porque ello podría acarrear problemas de ajuste de los plazos en los que se requieren que los distintos elementos del sistema deben estar concluidos para su operación”.

En el caso específico del sistema eléctrico, Albán añadió como inquietud el conocimiento ‒que dijo tener‒ de que la EEQ atravesaría problemas de liquidez en estos momentos; ello lo llevó a preguntarse, cómo iba la entidad a encarar la inversión necesaria para el Metro en esas circunstancias.

En cuanto al sistema de recaudo automático, la intención del gobierno local sería concesionar el servicio a una firma nacional o internacional a través de una alianza público-privada.

La empresa o consorcio que reciba el encargo de implementar el sistema de recaudación, al ser una concesión, también se beneficiaría de parte de los ingresos del tren subterráneo. Sobre esto, el Concejo Metropolitano conoció ayer en primer debate el informe de un proyecto de ordenanza elaborado por la Comisión de Movilidad. (I)