Mecánicos y talleres avalados, un pendiente en el país
Datos de la Agencia Nacional de Tránsito (ANT) confirman que en Ecuador los accidentes de tránsito van en aumento. En lo que va del 2018 se han registrado 16.746 siniestros, 2.170 más en comparación con 2017, cuando la cifra fue de 14.322.
Si bien el 97% de los accidentes se dan por fallas humanas (imprudencia e impericia del conductor), los desperfectos mecánicos de los automotores también son causales, señala Guillermo Abad, presidente de la organización Justicia Vial.
El dirigente sostiene que es el fabricante quien da la guía y la referencia para que los vehículos cumplan con un mantenimiento adecuado, tanto preventivo como correctivo. Lo hace a través de un manual “que debe ser manejado por empresas y personas debidamente acreditadas y certificadas. Es decir, talleres y mecánicos autorizados”.
Aunque en el país no existe la categoría de talleres autorizados y se desconoce cuántos mecánicas funcionan en el territorio nacional, Abad indica que las referencias de los primeros lugares son los talleres de los concesionarios.
Pero no todos los usuarios acuden a estos espacios para que su medio de transporte reciba el mantenimiento que necesita. ¿La razón? El costo económico que representa ese servicio.
Juan Carlos Mideros es auditor y hace cinco años adquirió un automóvil de segunda mano. Comenta que en el taller de un concesionario un cambio de aceite y una revisión regular bordea los $ 300, mientras que el mismo trabajo -dice- cuesta $ 80 donde su mecánico de confianza.
El auditor desconoce si el “maestro” que arregla su vehículo cuenta con un título académico que certifique sus conocimientos. La garantía que tiene es que es su vecino y que las veces que ha solicitado sus servicios estos no han fallado.
Esta suerte no la tienen todos los conductores que optan por ir a las mecánicas de sus barrios, señala el ingeniero mecánico Ramiro Vaca, quien dirige un taller automotriz en el norte de Quito.
El profesional viajó hace tres años a Suecia y a Francia para especializarse en el mantenimiento de automotores e investigar qué factores mecánicos influyen en un accidente de tránsito.
Durante su visita adquirió equipos que le ayudan a detectar -con precisión- las fallas que puede presentar un vehículo. Uno de ellos es un sistema de medición láser que sirve para comprobar que la alineación sea correcta.
La semana pasada llegó a su taller una camioneta Dimax que después de un choque presentó problemas de encuadre en el chasis. El dueño optó por ir a un taller mecánico cercano a su trabajo. Ahí solucionaron el daño, pero el arreglo solo duró una semana, pues para unir la rotura que tuvo el lateral del chasis usaron unas varillas de construcción que fueron soldadas a esa parte del automotor.
Después de la recomendación de un amigo se contactó con Vaca. El experto desarmó el vehículo hasta que solo quedó el chasis que, a simple vista, parecía estar alineado, pero después de pasar por el control de medición se determinó que no.
Un carro que presenta este tipo de problemas no tiene estabilidad al momento de frenar y el riesgo de tener un accidente aumenta.
Datos de Justicia Vial señalan que en Ecuador de 2015 a 2017 el número de siniestros de tránsito aumentó en un promedio de 5,6%. La tasa de mortalidad también subió en un 4,2%.
El último miércoles, dos hombres y una mujer murieron en un accidente de tránsito registrado en el km 105 de la vía E25 Puebloviejo - Ventanas, en la provincia de Los Ríos, a la altura de la llamada “curva de la muerte”.
Esto sucedió tres días después de que 16 personas fallecieran en cinco accidentes ocurridos el fin de semana. En dos de ellos estuvo involucrado un bus.
Según la ANT, hasta agosto de 2018, 137 personas fallecieron en accidentes ocurridos en transporte urbano y provincial.
Como una medida para frenar el alza de estas estadísticas se plantean cambios en la vigente Ley de Transporte Terrestre, Tránsito y Seguridad Vial. Uno de ellos es que todos los vehículos que circulan en Ecuador pasen por dos revisiones técnicas al año. En la actualidad se hace una a los carros livianos y dos al transporte pesado y público.
Julio Puga, director de Operaciones de la Agencia Metropolitana de Transporte (AMT), informa que en Quito funcionan seis puntos de revisión vehicular. Al día se atienden 540 citas diarias en cada uno de ellos.
Hasta septiembre de 2018, 370.309 vehículos fueron revisados en los centros de la capital. De ellos, 325.989 pasaron las pruebas y lograron matricularse.
Puga especificó que desde 2002 los centros de revisión están concesionados. Entre los requerimientos que debe cumplir la operadora particular está contar con el personal calificado para la revisión de los automotores.
Según el administrador del centro de revisión del Valle de los Chillos, todos los técnicos que se encargan de comprobar el buen funcionamiento de los carros son ingenieros mecánicos o especialistas en electrónica y en mecatrónica. Las principales fallas por las que los vehículos no pasan la revisión son la emisión de gases y fallas en el sistema de frenos y luces. Esto se debe -principalmente- a la falta de mantenimiento de los automóviles.
Alberto Parra vive de la mecánica desde hace 15 años. Nunca estudió. Aprendió el oficio porque en su adolescencia tuvo que migrar desde su natal Riobamba a Quito y un familiar le enseñó cómo dar mantenimiento a los autos. En su taller, ubicado en el centro de la urbe, no labora ningún ingeniero o tecnólogo automotriz. Él se encargó de transmitir sus conocimientos a sus dos ayudantes.
Según el “maestro”, sus clientes se van satisfechos con su trabajo. En el caso de existir una falla esta se arregla nuevamente, indica, mientras revisa un automóvil. Abad agrega que es necesario que todas las mecánicas del país sean certificadas. Este pedido no consta en las reformas planteadas a la ley, pero se puede incluir en el reglamento, señala. (I)