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Establecidos diálogos entre los trabajadores autónomos y el cabildo

Más vendedores callejeros piden su regularización

Los vendedores de los alrededores de San Roque continúan laborando con normalidad a pesar de advertencias. Foto: John Guevara/ El Telégrafo
Los vendedores de los alrededores de San Roque continúan laborando con normalidad a pesar de advertencias. Foto: John Guevara/ El Telégrafo
10 de agosto de 2014 - 00:00 - Redacción Quito

La actividad de los integrantes de la Asociación de Vendedores de la Calle Quiroga, que se ubican alrededor del mercado de San Roque (centro), fue normal el pasado fin de semana.

Ello a pesar de que el 26 de julio fueron advertidos por personal del Cabildo de que no podrían volver a ocupar el espacio público.

Pero 2 días después (lunes 28 de julio), ellos y otros trabajadores autónomos protestaron frente al Municipio por los supuestos excesos de la Policía Metropolitana y demandaron su regularización.

Entonces, con la mediación de la Comisión de Comercio del Concejo, los vendedores y el Cabildo iniciaron diálogos. Según la presidenta de la Comisión Soledad Benítez, se logró el compromiso de la Agencia Metropolitana de Control (AMC) y de la Policía de Metropolitana de “privilegiar las acciones preventivas antes que las sanciones”.

Marco Antonio López (36 años) es uno de los ocupantes de las vías en torno al mercado de San Roque los fines de semana; el resto de días recorre el resto del Centro Histórico ‘armado’ con los manteles y cobertores de electrodomésticos que vende. “Soy un trabajador honesto y los (policías) metropolitanos actúan como si fuésemos delincuentes; son ellos quienes nos roban, al quitarnos la mercadería.

Entiendo que su trabajo es controlar, pero eso no les da derecho a irrespetarnos”, aseguró López.

Con lo que suman sus ingresos durante todo el mes, el vendedor callejero mantiene a su esposa y a 3 hijos en edad escolar. Trabaja solo y no está afiliado a ninguna entidad gremial porque no encuentra ningún beneficio en ello.

Según el hombre, mientras no haya una solución definitiva al tema, él y sus otros colegas seguirán trabajando como siempre.

Rosa Toctahuano (47), originaria de Cotopaxi y madre de 3 hijos, lleva 20 años vendiendo productos de limpieza en las calles (pinzas, cepillos, bolsas de basura, detergentes). La mujer teme que si ahora le resulta difícil obtener una ganancia digna, las cosas empeoren con los controles anunciados por el Municipio sobre quienes comercian en las calles capitalinas sin permisos.

Por otro lado, quienes tienen puestos dentro de ese y otros mercados califican como desleal la competencia de sus colegas autónomos. Por ejemplo, Piedad Sánchez, quien ocupa desde hace 32 años un puesto en San Roque, aseguró: “Los ambulantes nos perjudican porque, a veces, a nuestro mismo cliente le ofrecen sus productos. Y entonces ya no resulta el negocio”.

Por su parte, Victoria Barrera, quien lleva 50 años vendiendo hornado en ese y otros sitios de abasto, aseguró que su comida la compran los comerciantes minoristas para revenderla. “Llevan de aquí mismo, pero afuera ya no los venden en condiciones higiénicas”, aseguró.

Los vendedores del mercado de San Roque tienen certificados de salubridad y pagan cada año $ 75 por mantenimiento del puesto; con ello se cubren gastos de seguridad, limpieza, entre otros.
Mesas de diálogo

Tras la protesta de los trabajadores autónomos, se establecieron mesas de diálogo entre representantes de los comerciantes y la Agencia Metropolitana de Comercialización.

Estas se iniciaron el 29 de julio. Ese día, Samuel Robalino, director de Comercio Autónomo de la Agencia, dijo que no se usaban los datos del censo de vendedores efectuado por la pasada administración. Robalino argumentó para ello que ese proceso de regularización quedó inconcluso y que se encontraron con que había unas 9 mil personas supuestamente excluidas del anterior proceso. El Municipio incluso planteó a los vendedores que realicen un auto-censo y entreguen esa información al gobierno local.

Durante la Alcaldía de Barrera, se identificó a 6.500 comerciantes autónomos en la ciudad, según Alioska Guayasamín, exdirectora de la Agencia Metropolitana de Comercialización.

Guayasamín explicó que tras confirmarse la presencia de las ventas en distintas zonas, se inició un proceso integral de regularización. Este incluyó la reubicación de algunas personas en zonas donde el comercio está permitido; en otros casos, se cambió el giro del negocio, pues no está permitida la venta de todo tipo de productos.

La exfuncionaria añadió que no todos se quedaron en las calles porque no se puede permitir aquello. En cambio, se ayudó para que varios ingresen a los mercados, otros formen microempresas y salieran de las calles que y otros tantos se asocien para trabajar.

Sobre la supuesta existencia de 9 mil personas no regularizadas, opinó que hubo quienes no creyeron en el pasado proceso; algunos se incluyeron después, otros quedaron fuera y los demás habrían ido apareciendo posteriormente.

DATOS

El Distrito Metropolitano de Quito (DMQ) cuenta con 54 mercados y 19 ferias de comercio, en los que existen alrededor de 640 lugares vacantes.

La administración de Augusto Barrera planteó como una alternativa a la presencia del comercio autónomo en las calles la ocupación de esos espacios por parte de los vendedores.

En una primera fase de la regularización de comerciantes autónomos se registró a 6.500 de ellos. Algunos no se incluyeron inicialmente, pero se adscribieron con posterioridad hasta alcanzar unos 10 mil.

De acuerdo con las anteriores autoridades municipales, todos estos recibieron capacitación, aunque no se completó la entrega de identificaciones. Esto ocurrió, sobre todo, en zonas conflictivas del Centro Histórico.

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