Llenos de orgullo, más de 2.000 jinetes desfilaron sobre sus caballos en el tradicional ‘Paseo del Chagra’, fiesta emblemática de Machachi, en conmemoración a los 133 años de cantonización de Mejia (Pichincha).

El acto se ha convertido en un símbolo cultural de la serranía ecuatoriana. El alcalde del cantón, Ramiro Barros, resaltó que la festividad rinde tributo al personaje más icónico de Machachi y, al mismo tiempo, al mestizaje de la región andina.

El recorrido partió del estadio El Chan, decenas de personas estaban listas para empezar a caminar cuando, de pronto, el toro que abría el desfile rompió las seguridades que lo contenían y corrió varios metros.

Los espectadores, asustados, se alejaron a toda prisa, pero en cuestión de minutos un grupo de chagras mostron sus habilidades con el lazo para lograr controlar al animal. Luego de eso, el evento se desarrolló con normalidad.

El colorido desfile es organizado por la Acción Cofradía del Chagra (Acocha). “El chagra es quien labora en el campo, cuida de los cultivos, tiene ganadería brava”, comenta Ramiro Morales, presidente de la agrupación.

A sus cinco años de edad, Noemí Ramos, ha participado por dos ocasiones. Lo hace montada sobre su burro al que llama ‘chipito’. Lucía un vestido blanco, propio de una guarmi. Su madre, Roxana Guallimba, oriunda de Machachi, estaba orgullosa de ver a su hija ser una de las primeras en liderar a las comparsas. “Ella (Noemí) es toda una chagrita, me emociona ver que sigue la costumbre del pueblo”, compartío sonriente.

Las calles de Machachi se llenaron de propios y extraños, quienes mostraron admiración y cariño con sus aplausos. Ruth Sigcha viajó desde Atuntaqui (Imbabura) para presenciar la popular festividad. “Me habían comentado muchas veces que el paseo del chagra era lindo, y no se equivocaron”, dijo mientras observaba pasar a un grupo de niños bailando al ritmo de la banda del pueblo. (I)