“Los alrededores del antiguo aeropuerto ya no son comerciales. Ahora todo se halla botado”, se quejó Marisol Hoyo, propietaria del restaurante Bicentenario, ubicado en la intersección de las avenidas Amazonas y De la Prensa (norte).

Marisol aseguró que el traslado del aeródromo Mariscal Sucre hacia la localidad de Tababela jugó en su contra. “Antes vendía hasta 300 almuerzos diarios. Actualmente, en un buen día, llego a vender 50”, comentó decepcionada.

Situaciones similares mantienen en la incertidumbre a los habitantes de la zona, los cuales dijeron que si bien desapareció el ruido de los aviones, también se fue el impulso comercial que tenía el sector.

Así lo afirmó Lorena Rodríguez, vecina del sitio hace más de 20 años. Su vivienda se encuentra en la calle Vuano y De la Prensa, en donde funcionaban varias empresas de exportación.

Para ella, lo positivo de la situación es que ya no hay vehículos de pequeña y mediana carga cerca de su residencia, pero la inseguridad aumentó. “Aumentó la delincuencia. Como ya no hay vigilancia, los ladrones rompen los vidrios de los carros”, aseguró la ciudadana.

Durante un recorrido por el área realizado por EL TELÉGRAFO, se pudo conocer que los moradores desconocen los detalles del Plan Especial Bicentenario, desarrollado en torno al exaeropuerto.

El proyecto fue ideado en la administración de Augusto Barrera y aprobado mediante ordenanza en febrero de 2013. Contempla la consolidación del parque de la ciudad en los terrenos del exaeropuerto Mariscal Sucre y el desarrollo de la zona aledaña; se permitirá construir edificaciones de hasta 30 pisos.

La planificadora urbana Bárbara Scholz, mentora de la iniciativa, explicó que está pensado que la inversión para el desarrollo del sector se distribuya en 3 capas: Parque Bicentenario, alrededores del espacio público y administración zonal.

Se calcula que el proceso tendría un costo de $ 130 millones, que serán cubiertos mediante las contribuciones por mejoras de los ciudadanos, a través del cobro por aumento de edificabilidad y pagos por expropiaciones.

Scholz añadió que con estos fines también se planteó que los funcionarios municipales sean mediadores y facilitadores entre los propietarios y los promotores inmobiliarios. La idea es que los propios dueños participen en la reestructuración de la zona para reducir así al mínimo la necesidad de expropiar.

El constructor Víctor Poveda señaló que el proyecto plantea una buena redistribución territorial, pero que ha carecido de ejecución inmediata. “Se trata de una reestructuración urbana importante, porque el sector es comercial y de generación de servicios para los quiteños; pero de eso no se ha visto nada”, cuestionó.

Para Eugenio Andrade, especialista en reconstrucción urbana, se requiere una intervención urgente en la zona para atraer la inversión.

A su criterio, el Municipio debe intervenir los lugares donde funcionaban negocios que se levantaron a la sombra de la terminal aérea.

Ese criterio es compartido por Daniel Erazo, propietario del restaurante Mary, que funciona en los alrededores el Centro de Matriculación Vehicular. El ciudadano señaló que el lugar ahora es poco atractivo y que muestra de ello es que “muchos de los locales están vacíos”.

Hermel Flores, presidente de la Cámara de la Industria de la Construcción, recordó que la capital ha crecido de manera desorganizada y ya no hay mucho espacio para ello. Y de ahí la necesidad de levantar edificios, para lo cual la zona del Bicentenario resultaría ideal.

No obstante, señaló que aún es prematuro evaluar su ejecución. A su juicio, todo dependerá de lo que suceda en otros sectores de plusvalía del centro-norte como La Carolina  y la zona del Quito Tenis. “Al momento no se ve interés en los desarrolladores para emprender proyectos en el sector porque los terrenos son pequeños”, aseguró.

Ante este panorama, se pidió la versión de Jaime Sánchez, gerente de la Empresa Metropolitana de Hábitat y Vivienda. A través de un correo electrónico, el funcionario señaló que el plan, regulado por la Ordenanza Metropolitana 352, requiere ajustes para su viabilidad.

Sánchez añadió que, desde una visión técnica, es viable la construcción de edificios de hasta 30 pisos, aunque reconoció que hay pocos terrenos que tengan esa posibilidad. “En general, la altura determinada es menor”, señaló.

Por último, indicó que uno de los avances efectuados hasta ahora fue la apertura de la calle Isaac Albéniz y continúa la construcción de la Estación El Labrador del Metro.

EDIFICIOS PODRÁN TENER ALTURA DE HASTA 30 PISOS

De acuerdo con la información de la pasada administración municipal, el área total del plan abarca 1.600 hectáreas, las cuales están delimitadas por las vías Mariscal Sucre, 6 de Diciembre, Nazacota Puento y el eje Naciones Unidas-Mañosca.

También está previsto un trabajo de rezonificación en 105 hectáreas del entorno del Parque  Bicentenario, delimitado por las avenidas De La Prensa, Galo Plaza, Amazonas, Real Audiencia y Del Maestro.

Para esta área de rezonificación, la nueva normativa urbanística prevé que se ejecute una intervención que permita crear oficinas, comercios y viviendas en ese sitio de la ciudad.

Esto equivaldá de 17 mil a 25 mil viviendas destinadas para entre 42 mil  y 60 mil habitantes, en edificaciones de 6, 8, 12, 20 pisos y 30 pisos (en zonas de alta centralidad). En otros puntos importantes del sector se prevé que se levanten inmuebles de 12 y 20 pisos.

Jaime Sánchez, gerente de la Empresa Metropolitana de Hábitat y Vivienda, indicó que la administración trabaja en un ‘Máster Plan’ para crear incentivos adecuados con el fin de llamar la atención de los inversionistas.