Las mascotas se han convertido en nuevos integrantes de las familias, para quienes no tienen hijos traen compañía y alegría
Los quiteños cambiaron la forma de relacionarse con sus mascotas
Cuando Rufo siente que Elena Vásquez, su dueña, llega a casa se pone en movimiento: corre hacia la puerta y menea incesantemente la cola. Apenas la joven lo saluda, el pequeño french poodle estalla en un sinfín de ladridos, acompañados de constantes saltos para llamar su atención.
Rufo, de 2 años, es el consentido de la familia y sus miembros se lo demuestran pues, cuando Elena sale de paseo, es el primero en ingresar al vehículo y se acomoda en la parte de adelante y saca la cabeza por la ventana. Los hermanos de Elena son quienes van atrás.
La historia de los Vásquez y su perro es solo un ejemplo de cómo ha cambiado la relación de los quiteños con sus mascotas en los últimos años. Tanto que el cuidado de los animales representa en la actualidad un gasto permanente.
Vásquez comentó, por ejemplo, que hace poco llevó al perro al veterinario para una profilaxis dental y un corte de pelo. “Pagué $ 75 por la profilaxis y $ 25 por el corte de pelo; gasté más de que lo que tenía planificado, pero vale la pena”, dice.
El veterinario Carlos Sisalema, de la Clínica San Alfonso, señaló que los seres humanos han tomado conciencia de que las mascotas son “animales de compañía”; mientras que antes, según el experto, se creía que “eran el basurero de la casa porque todos los desperdicios se los daban y no recibían una adecuada alimentación ni cuidado”.
Sisalema consideró que las organizaciones que luchan contra el maltrato animal cooperaron para que se cambiara la concepción. “Hay más estudios en nutrición animal, por ejemplo, que implicaron que salgan al mercado alimentos especializados. Hoy se estudia más a los animales de compañía”, afirmó.
En octubre de este año, un grupo de organizaciones, entre ellas, Asociación Animalista Libera, Rescate Animal Ecuador, Colectivo Vegano, Protección Animal Ecuador (PAE), presentaron a la Asamblea la Ley Orgánica de Bienestar Animal (LOBA), con el objetivo de normar el buen trato hacia los animales.
En la presentación de la propuesta, Inti Alvarado, integrante de dichos colectivos, detalló que el proyecto evidencia que en el país se produjo una “era de cambio”. Reiteró que, ahora, los ciudadanos están interesados en regular conductas en contra del maltrato, normar la indiscriminada reproducción, especialmente de perros y gatos de raza, así como sancionar a los dueños que abandonen a sus mascotas.
Pese a ello, Sisalema señaló que ahora se observa en las veterinarias una nueva forma de maltrato animal relacionada con la compra de perros con fines únicamente reproductivos. “No tienen médicos especializados que los atiendan, solo los conciben como mercancía”, dijo.
Karen Pérez, presidenta de la asociación de cuidado animal Manada Quiteña, comparte ese criterio. Contó que el maltrato animal sigue y en 2014 tuvieron varios casos de animales maltratados y muchos que fueron abandonados. “Esta situación se evidencia, sobre todo, en barrios periféricos, donde hay una gran cantidad de animales abandonados; no les importa si son perros de raza o mestizos, igual los abandonan”, dijo.
Pérez sostiene que incluso se siguen realizando peleas de perros que se ejecutan en lugares clandestinos de Quito.
A pesar de estas experiencias, Pérez considera que sí hay un cambio de mentalidad en la población y que ahora se ve cada vez menos a los perros como “objeto”, sino como “seres vivos que sienten”.
La activista cree que con la promulgación de leyes, la gente se informa más y toma conciencia sobre la tenencia con respeto a los animales. Detalló que el proceso de concienciación arrancó en 2013 en Quito, durante la alcaldía de Augusto Barrera, quien impulsó la promulgación de la ordenanza 0048 de tenencia responsable de animales.
Enfatizó que ese año empezaron las campañas de esterilización, que en el 2014 fueron masivas, así como las ferias de adopción.
La presidenta de Manada Quiteña consideró que las acciones de las organizaciones fueron fundamentales para que se apruebe el Código Integral Penal, que ahora sanciona el maltrato animal con entre 50 y 100 horas de trabajo comunitario, así como la muerte de un animal con entre 3 y 7 días de prisión.
Pérez cree que en la malla curricular se debe incluir una materia como parte de ciencias naturales sobre el cuidado animal.
En las ferias de adopción, los activistas a favor de los animales, antes de entregar una mascota toman en cuenta que los dueños tentativos de los animales tengan una casa propia, que cuenten con espacio suficiente dependiendo del tamaño del perro, además de contar con condiciones económicas para sustentar los gastos. Para la manutención de los animales se requieren en promedio $ 50 al mes, adquiriendo alimentos económicos.
Sisalema apuntó que los buenos cuidados a las mascotas también mejoran las condiciones de vida. Explicó que ahora, por ejemplo, un perro faldero de las razas pequeñas tiende a vivir en promedio de 15 a 17 años más que otras razas porque “pasan dentro de la casa y no gastan tanta energía”. Mientras que un perro de guardia tiene una actividad más alta y puede vivir entre 13 y 15 años.
Glauco Quinapallo, un militar retirado, se dedica a pasear perros en el parque La Carolina. Cobra $ 2 la hora por cada perro. Al día camina con 3 perros de razas golden retriever y shitsu. “Me parece excelente que ahora se cuide más a los animales porque son seres que dan su amor y compañía”. Cuenta que en una de sus caminatas encontró un pitbull abandonado y lo adoptó.
Hugo Guarnizo entregó un perro pitbull a su esposa. Cuenta que no pueden tener hijos y para ellos Dalila —como llamaron a su can— lo es todo. “Los animales no solo son compañía, sino grandes amigos”.
DATOS
El veterinario Carlos Sisalema señala que para mantener a los animales en buen estado es necesario llevarlos al veterinario por lo menos una vez al año.
El médico detalla que en los 6 primeros meses de vida, los animalitos deben tener 4 vacunas. Y luego los dueños deben llevarlos al veterinario, en donde deben recibir una vacuna anual.
Sisalema señala que si a los animales no se los saca a pasear acumulan energía y eso hace que se tornen bravos. Por ello, recomienda que se los saque a pasear una vez al día para que liberen energías.
Los animales necesitan dieta balanceada; por ello los veterinarios no recomiendan que se les dé de comer la misma comida de los humanos. Tampoco sugieren que se les dé huesos de otros animales porque dañan sus intestinos. Las croquetas de animales, según los expertos, son necesarias para su correcta nutrición.