En las antiguas estaciones del circuito ubicadas en el sur, los automotores solo operan con 3 puertas
Los nuevos biarticulados también tienen problemas en la Ecovía
Como ocurrió con el Sistema Integrado Trolebús, los buses biarticulados que operan en la Ecovía también tienen problemas para acoplarse a las paradas. Esto dificulta la movilidad de los pasajeros, más aún si tienen alguna discapacidad.
Parte de esos problemas tienen que ver con el retraso en el inicio de la reconstrucción de los andenes. En noviembre de 2015, el alcalde Mauricio Rodas anunció que el proceso arrancaría a comienzos de 2016.
Un año después, el anuncio no se concreta en su totalidad. Lo que se cristalizó fue la extensión del servicio hasta Guamaní, sur de Quito, con 5 nuevas paradas, 8 rutas alimentadoras y una terminal.
De los 80 nuevos biarticulados comprados el año pasado por la Alcaldía, al menos 15 operan en la Ecovía. Por ahora, solo circulan desde el sector de La Marín, en el centro, hasta Guamaní.
Los problemas de abordaje y descenso de las nuevas unidades en las antiguas paradas son evidentes para quienes presentan movilidad reducida, como ancianos, personas con discapacidad y niños pequeños.
Al menos 40 centímetros es la diferencia de altura entre los buses y los andenes, lo que obliga a extremar las precauciones.
A ello se suma que en antiguas paradas como las del colegio Montúfar y el Teatro México, los biarticulados solo operan con 3 de sus 5 puertas por la diferencia de dimensiones.
José Miguel Herrera, un guayaquileño que estaba de visita en la ciudad la semana pasada, se molestó cuando intentó bajar por una de las puertas que no operan. Se abren, pero no encajan con los accesos. “Me toca quedarme en la próxima parada. Deberían avisar de esta novedad a través del altavoz de las unidades”.
En la estación El Recreo, centro-sur de Quito, funcionan las 5 puertas, pero entre las unidades y el andén hay una separación de al menos 20 centímetros. “Creo que parte de la responsabilidad se debe a la experiencia del señor conductor”.
Pero en la extensión de la Ecovía, inaugurada el pasado 5 de diciembre, también existen dificultades de acceso. Esto ocurre porque las nuevas paradas tienen rampas, pero los buses aparentemente no o los conductores no las despliegan por lo que el acople no es total.
Washington Chamorro (47 años), quien tiene inmovilidad en el 68% de su cuerpo, indicó que los nuevos biarticulados deberían contar con rampas para que personas como él puedan subir y bajar con facilidad.
“Los viejos articulados tienen rampas, pero los nuevos no. Para mayor comodidad deberían instalarles estos accesos inclusivos”.
Usa el corredor todos los días y para no tener dificultades recorre la ciudad con su hijo, quien le ayuda al momento de abordar o salir de las unidades de transporte.
Nuevas paradas, sin internet
Los nuevos biarticulados que funcionan para el servicio del Trole y la Ecovía continúan sin el servicio de internet inalámbrico anunciado por la Alcaldía.
El pasado 5 de diciembre, durante la inauguración de la extensión de la Ecovía, el alcalde Mauricio Rodas manifestó que a futuro se instalará el servicio de wifi en ese circuito de transporte.
Ese anuncio se suma al hecho sobre el servicio de conectividad también en el Trolebús. (I)