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El san francisco y la carolina reciben a extranjeros todos los días

Los mercados capitalinos atraen a los turistas

Una guía turística explica a un grupo de turistas sobre la preparación del hornado en el mercado La Carolina.
Una guía turística explica a un grupo de turistas sobre la preparación del hornado en el mercado La Carolina.
Foto: Mario Egas / EL TELÉGRAFO
14 de octubre de 2017 - 00:00 - Redacción País Adentro

El 28 de enero de 2015, el Municipio de Quito designó al mercado de San Francisco, ubicado en el Centro Histórico, como un espacio turístico modelo.

El alcalde Mauricio Rodas aseguró, entonces, que, como parte del esquema, los hoteles del área colonial llevarían a sus huéspedes al centro de abastos.

La presencia de los visitantes en el lugar se relaciona, también, con la ruta turística del Camino de San Roque que incluye la visita al Museo de la Ciudad, los molinos de granos San Martín de la calle Rocafuerte, los puestos de fabricación de colaciones (golosina hecha de azúcar), el convento de San Francisco y la iglesia de San Roque, entre otros puntos de interés.

El mercado ofrece a los visitantes, entre otros atractivos, los platos típicos del patio de comidas.

En el sitio, sobre un mesón blanco, es común ver una bandeja de metal y en ella una cabeza horneada de cerdo. Es el puesto de Ángel Cáceres y su familia, que desde hace 45 años se dedican a esta actividad. Ángel señala que el éxito de su negocio, además de la frescura de la carne, es el sabor del ‘agrio’ (aderezo para la carne).

Otro punto de atracción es el área dedicada a la medicina ancestral, donde se practican limpias, se receta el consumo de hierbas medicinales y se expenden perfumes, velas, inciensos, jabones y talismanes.

El olor en este pasillo es a flores, a ruda, a romero, el incienso de canela también tiene su lugar.

Los martes y viernes son los días específicos para ‘curarse del mal aire’. La medicina ancestral se transmite al interior de las familias. El espacio de medicina ancestral atiende de lunes a domingo, de  07:00 a 16:30. Y a diferencia de lo que ocurre en clínicas y hospitales, no se requiere cita previa.

La idea es que la categorización sirva como base de un sistema de comercio mediante redes especializadas según las características de cada mercado con el fin de potencializarlos.

El caso del Mercado de San Francisco no es el único en la capital. El conocido como mercado de Iñaquito (La Carolina es su nombre oficial) tiene una antigua tradición como receptor de turistas.

Lucía Núñez, dedicada a la venta de frutas, presume que las capacitaciones que ha recibido a lo largo de los años para aprender inglés le permiten atender con soltura a los visitantes que no tienen fluidez con el español.

Según Núñez, entre tres y cinco grupos de extranjeros llegan a diario  al sitio, como parte de sus recorridos por la ciudad.

Los guías tienen itinerarios más o menos establecidos en sus visitas. “Ya saben qué vendedora o vendedor colabora más. No se trata de nada en especial, sino de que algunos somos más sociables e interactuamos”.

La comerciante dice que, en su caso, da a probar sus productos a sus visitantes, sobre todo si se trata de frutas exóticas, y les enseña sus nombres. “Algunos se animan e incluso compran”.

Lucía Valencia, dedicada a la venta de comida preparada, confirma que las actividades con los turistas son una parte de los ingresos que obtiene.
Relata que en las épocas especiales del año como la Semana Santa o el período de Finados, los visitantes de otros países saborean la fanesca o la colada morada.

De hecho, el mercado La Carolina alista su festival de colada morada al aproximarse la celebración del Día de los Difuntos. El espacio también participará en el concurso intermercados de la mejor colada, cuya final será el 26 de octubre.

Manolo Chiriboga, administrador del espacio, cuenta que los vendedores reciben capacitaciones sobre temas como idiomas, atención al cliente y manejo de alimentos.

Los talleres los imparten estudiantes universitarios a cambio de información o apertura para la realización de tesis. (I)

Platos de temporada como la fanesca y la colada morada son utilizados por los guías para explicar a los visitantes sobre la gastronomía del país. Foto: John Guevara / EL TELÉGRAFO

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