Hoy, cientos de creyentes católicos se congregaron en la plaza de la iglesia San Francisco para participar y observar la Procesión Jesús del Gran Poder, una tradición que cumple 55 años.

Cerca de las 10:15, cucuruchos descalzos, con cadenas en los pies, y algunos envueltos en alambre, abrieron el acto religioso. Este tradicional personaje, vestido con túnicas moradas, estuvo acompañado de creyentes que buscaban personificar a Jesús. Vestidos con túnicas blancas, coronas de espinas y manchados de color rojo en el rostro y el cuerpo, como si fuera sangre, recorrieron las calles del Centro Histórico de Quito cargando pesadas cruces.

Las Verónicas, otro personaje tradicional del acto religioso, también caminaron en la procesión entonando cánticos cristianos. Varias bandas acompañaron a los feligreses en el recorrido.

Los voluntarios para cucuruchos y Verónicas se reunieron desde tempranas horas de la mañana en el colegio franciscano San Andrés, algunos estuvieron en la puerta de la institución a las 05:30. Una de ellas fue Margot Vizuete (60 años). Participó por primera vez como Verónica y aseguró que lo hacía para que Jesús le llene de salud. Rocío Sánchez (34 años) también representó a este personaje. Ella asistía cada año a este acto de fe para que a su hijo le vaya bien en sus estudios.

Según el padre Jorge González, rector de la institución educativa, las inscripciones para participar de cucuruchos y Verónicas iniciaron el 10 de febrero, se anotaron 1.500 voluntarios. Previo a la procesión, los participantes tuvieron que asistir todos los sábados de cuaresma a charlas espirituales y a convivencias los lunes, martes y miércoles.

“Más que penitencia corporal es la penitencia espiritual, de cambio de vida. De qué sirve llevar cruces pesadas y cadenas si el corazón está lejos de Dios”, comentó González.

Preparación de los cucuruchos

Pero son los cucuruchos los que recuerdan a los fieles el camino del viacrucis, trayecto que Cristo sobrellevó previo a su crucifixión.

Estos son personajes simbólicos caracterizados por voluntarios. El cucurucho es un encapuchado cargador de andas que se destaca entre la multitud por su atuendo color lila. La vestimenta lo distingue del resto por ser señal de penitencia y arrepentimiento.

Desde las 06:30 varios voluntarios también se congregaron al interior de la iglesia San Francisco. Con flores que les entregaban creyentes católicos decoraban las andas donde se encontraban las imágenes de San Juan, la Virgen de los Dolores y Jesús del Gran Poder.

Jaime Beltrán (58) desde hace 39 años es voluntario en la iglesia. Desde las 06:30 empezó a arreglar las andas. Asegura que los preparativos del viacrucis llevan un año, de ahí que cada sábado se reúne con más voluntarios. Este año colaboraron alrededor de 70 personas.

Las andas, de hierro recubierto de cobre repujado, están montadas sobre un chasis de carros que, según Beltrán, datan del año 1987. Además, dice que las andas están ubicadas en estas estructuras desde hace 50 años.

Cientos de cucuruchos y Verónicas participaron de la procesión, cada uno con su historia de fe y agradecimiento. Por ejemplo, Byron Castro (25 años) personifica a un cucurucho desde hace 11 años para agradecer por su vida. Él se azotó con ortiga durante la procesión para que Dios -asegura- le perdone por sus pecados.

César Benítez (35 años) fue un cucurucho diferente, pues vestía un pantalón y una máscara de color blanca. Llevó 3 clavos grandes que representaban a su esposa y sus 2 hijos. Es la segunda vez que participa en esta procesión con la que busca mantener una tradición que le enseñó su padre.

Los más pequeños también recorrieron las calles del Centro Histórico de la capital. Juan Antonio Asadovay de 12 años participó por primera vez en este viacrucis, fue vestido de Jesús, descalzo y cargando una pequeña cruz en su hombro. “Amo a Dios y quiero mucho a Jesús, Él es muy importante en mi vida”, dice y agrega que no le teme caminar varias horas bajo el sol. Acompañó a su madre María Victoria Guallichico quien participa de cucurucho desde hace 5 años.

A las 11:00 salió de la iglesia la imagen de San Juan, escoltada por estudiantes del colegio San Andrés. Cerca del medio día salieron, entre los aplausos del público, las andas de la Virgen de los Dolores y Jesús del Gran Poder. Después de leer la sentencia, iniciaron el recorrido.

Cincuenta y nueve miembros del Grupo de Operaciones Especiales (GOE) cargaron la imagen de Jesús. Según el Teniente Coronel Fabián Codel, cargar la figura es una tradición que lleva más de 10 años. “Nosotros somo los guardianes de la imagen cada Viernes Santo”, mencionó.

De acuerdo a Jorge Cevallos, Comandante del Distrito de Policía Manuela Sáenz, durante la procesión se desplegaron 800 efectivos para dar seguridad a los feligreses. Aseguró que la presencia policial estará en el sector hasta aproximada 23:00, cuando los creyentes se retiren de la plaza.

Además, previo al acto religioso policías realizaron un recorrido antiexplosivos en diferentes puntos del recorrido como los templo del Centro Histórico. Asimismo, estuvieron presentes 107 miembros del Cuerpo de Bomberos y 650 policías metropolitanos.

Al finalizar la procesión se realizará una ceremonia religiosa a cargo de los padres del Convento de San Francisco, organizadores de la procesión. (I)