Ni el sol ni el polvo que se levantaba cada vez que un carro transitaba por las vías tierrosas del barrio San Antonio Alto, del noroccidente de Quito, fueron impedimento para que dirigentes y moradores de al menos 6 barrios, de los 10 que se agrupan en el autodenominado colectivo de barrios, estén presentes en la asamblea general.

Tras más de 60 minutos de diálogo y debate, los presentes decidieron mantenerse en una lucha constante para exigir a las autoridades municipales la ejecución de las obras que se hacen necesarias en este sector, en el que están asentados alrededor de 15 mil habitantes.

Además se comprometieron a realizar una marcha y una toma simbólica de la Administración Zonal La Delicia el 28 de octubre si sus requerimientos siguen siendo desatendidos.

“No es justo que nuestros pedidos no sean escuchados. No estamos pidiendo limosna sino reclamando nuestros justos derechos porque como habitantes hemos cumplido nuestras obligaciones pagando los impuestos”, comentó Ángel Gualán, presidente del comité promejoras de San Antonio Alto.

Mujeres, niños y personas de la tercera edad se dieron cita en la casa barrial de San Antonio para escuchar y exponer las inquietudes y necesidades de los habitantes de este sector de la capital.

A todos les une la angustia por ofrecimientos de obras que desde que asumió Mauricio Rodas, segúnde los residentes, no han sido atendidas.

Luz, agua potable, alcantarillado y adoquinado de vías fueron las necesidades comunes de los exponentes. “No es posible que ni siquiera vengan acá para conocer nuestras necesidades. Parece que no saben que existimos y como todos los seres humanos necesitamos condiciones dignas para poder vivir”, mencionó María Guazumba.

Ella, que supera las 6 décadas de vida, es residente del barrio Mirador del Occidente desde hace 20 años y cuenta que ha visto pasar varias administraciones municipales sin que el problema de legalización de su terreno se solucione.

“Yo ya soy vieja y me preocupa lo que dejaré a mis hijos. Tengo un terreno que me ha costado sudor y mucho esfuerzo pagarlo y todavía no puedo tener los papeles que me acrediten como propietaria”, acota.

Margarita Pico también es habitante de El Mirador, que es un sector que reúne a cerca de mil habitantes. Dice que en la administración anterior fueron atendidos con obras, aunque las mismas solo llegaron a un sector y debían continuar con el actual alcalde Rodas. Sin embargo, desde el inicio de la actual gestión y pese a los múltiples pedidos no han encontrado el eco necesario.

“En nuestro barrio hay sectores que ya tienen luz, agua y ellos nos dan a los que no tenemos, pero nos sorprende que lleguen los traficantes de tierras y de la noche a la mañana ya tengan todos los servicios que nosotros esperamos por años y que todavía no los tenemos”, lamenta Margarita, quien lleva una canasta rodante para poder transportar las compras que hizo en un camión que se paró a un costado de la estrecha vía a ofrecer frutas y verduras.

Gorras y chales utilizaron los presentes en la asamblea para poder combatir los rayos solares, que por momentos parecen ser inclementes.

El agua o un refresco se hicieron necesarios para calmar la sed y seguir escuchando los planteamientos de los representantes de esta zona.

Ángel Amable, dirigente del barrio Cucho Hacienda, otro de los sectores que aún no han sido legalizados, reclama la falta de operatividad del Cabildo actual.

“Es increíble la incapacidad del alcalde y de los concejales que no han hecho absolutamente nada con el presupuesto. Se lo han guardado y no han dado obras a los barrios. En ningún lado se ve los servicios como agua, luz, ni transporte. Al alcalde no le importa nada”, refirió Amable.

El dirigente cree que con el recorte presupuestario municipal anunciado para el próximo año es aún menor la posibilidad de que se concreten las obras. “Esos dineros irán directo al metro, que es lo que realmente les importa”. (I)