Las haciendas de Quito tuvieron usos diferentes

Hace 40 o 50 años, los límites urbanos de Quito no superaban la zona de la av. Cristóbal Colón, por el norte, y La Magdalena, por el sur.

En el imaginario del habitante capitalino de entonces, sectores como Cotocollao (norte) y Chillogallo (sur) eran concebidos como zonas agrícolas a las que se iba los fines de semana en plan de paseo.

Algunas haciendas conservaban, incluso, su papel de abastecedoras de leche, queso y productos vegetales para la ciudad. Sin embargo, ese panorama cambió de manera paulatina a partir de la década de 1960 y exponencialmente durante los años setenta.

Los latifundios perdieron, entonces, su función productiva y se incorporaron a la mancha urbana a través de continuos procesos de parcelamiento, que dieron lugar a la aparición de nuevos barrios y urbanizaciones.

No obstante, algunas de las viejas casas de hacienda fueron conservadas y fueron destinadas para diversos usos.

Uno de los casos más emblemáticos es la propiedad de aproximadamente 1.200 metros cuadrados (m²) donde funciona el Centro Cívico y Cultural Mariscal Sucre, en el sector de Chillogallo (sur).

El inmueble es el sitio en el que Antonio José de Sucre y sus tropas durmieron el 22 de mayo de 1822, 2 días antes de la Batalla del Pichincha.

En la fachada de la casa, que actualmente está siendo rehabilitada por el Municipio capitalino, se observa una placa en la que se dice que la tarde del 22 de mayo murió en el lugar el teniente Felipe Pérez.

Este fallecimiento, aunque no ocurrió en batalla o a causa de ella, es incluido como parte de las bajas independentistas.

El reconocimiento de la importancia histórica del lugar inició en 1967 por parte del Cabildo. Sin embargo, solo 7 años más tarde se iniciaron trabajos de rehabilitación del espacio con miras a darle al inmueble el uso que tiene.

Estos trabajos estuvieron a cargo del Gobierno Nacional y el centro fue inaugurado por el presidente Jaime Roldós Aguilera en 1980.

Está previsto que la actual restauración de la antigua casona concluya a finales de este mes, coincidiendo con la celebración del aniversario 195 de la batalla que selló la independencia del país.

Otro ejemplo es lo que ocurre en la parroquia Cotocollao (norte) con la casa de la exhacienda La Delicia. En la edificación, restaurada por el gobierno local, funciona desde hace 25 años aproximadamente la Administración Zonal que se encarga del manejo del área ubicada en el extremo norte capitalino y el noroccidente.

El inmueble es menos antiguo que otros similares y consta en los registros municipales desde 1850. Sin embargo, algunas fuentes señalan que esta quinta de descanso ya existía a mediados del siglo XVIII.

Estaba ubicada estratégicamente en el Camino del Inca, que servía de conexión entre el, entonces, pueblo de Cotocollao y Quito con las ciudades del norte del país. Fue parte de las 6 quintas en que se dividió la original hacienda Cotocollao durante los siglos XVIII y XIX (otras fueron La Victoria y el actual barrio de Agua Clara, por ejemplo).

Se presume que fue parte de las tierras de los marqueses de Solanda y Villarocha, cuya última integrante, Mariana Carcelén y Larrea  (esposa de Sucre) pasó allí sus últimos días.

La casa de estilo colonial y neoclásico fue recuperada entre 1993 y 1996 luego de que tuviera varios dueños e incluso sirviera como prostíbulo en la década de 1950.

Algunas edificaciones, sin embargo, corren con menos suerte. Ese es el caso de la casa que fue el centro de la hacienda El Carmen, ubicada en lo que hoy es el sector de Quitumbe (sur). Este inmueble, que sirve de hogar a algunas familias, muestra actualmente un alto grado de deterioro.

La pasada administración municipal tenía planificado utilizar los terrenos aledaños a la casona para establecer allí los talleres definitivos de la flota de transporte a cargo del Cabildo.

La actual Alcaldía, sin embargo, no ha continuado con ese proyecto. En la actualidad, por la cercanía con los terrenos en los que se construye la estación Quitumbe del Metro, se usa el predio para tareas relacionadas con la obra.

En un recorrido realizado por este diario se pudo observar que junto a la ex-casa de hacienda se almacenan las dovelas que servirán para construir el tramo del túnel subterráneo que irá desde la estación sur hasta La Alameda. (I)