Las fiestas se vivieron en familia y con seguridad
Alrededor de 600 mil personas disfrutaron este año de la programación artística y cultural por los 478 años de fundación de Quito. La calidez y la organización fueron la tónica en los más de 450 eventos preparados -la mayoría de ellos gratuitos- para todo público: conciertos, obras de teatro, ferias de comida, encuentros de danza y exposiciones artísticas marcaron la agenda.
Pero quizá lo que más llamó la atención del público fue el control en el consumo de bebidas alcohólicas y el despliegue de seguridad en toda la ciudad, lo que permitió que la fiesta se viva en familia y sin preocupaciones. “Antes prefería no salir porque siempre había borrachos y ladrones por todos lados. Esta vez me sentí más segura”, comentó Maribel Huertas.
Según datos de la Cruz Roja Ecuatoriana y la Policía Nacional, entre el 5 y 6 de diciembre se registraron siete heridos, cuatro asfixiados y 12 accidentes de tránsito. En 2010, cuando se promovieron las fiestas sin alcohol, esos organismos reportaron 8 fallecidos, 63 heridos y 440 atenciones por emergencias leves. El año pasado, las cifras fueron 2 muertes y 37 accidentes de tránsito.
Esta vez las entidades de socorro se desplegaron por toda la ciudad. La Policía Nacional y Metropolitana desplegaron a 37 oficiales superiores, 384 oficiales subalternos y 6 mil clases y policías, es decir, más de 7 mil uniformados. Además, la Cruz Roja Ecuatoriana y el Cuerpo de Bomberos también prestaron su contingente en los conciertos.
Aunque hubo quienes dijeron que “sin alcohol no hay fiestas”, los eventos tuvieron una acogida multitudinaria y, por ejemplo, en la última noche de conciertos en la plaza Quitumbe se estima que llegaron 80 mil personas.
Para Antonio de Castro, quien acudió al concierto de Café Tacuba en el parque La Carolina, la seguridad fue “buena”, aunque cree que la Policía Nacional exageró porque le quitaron sus botellas de agua. “Está bien que revisen, pero podían verificar que era solo agua y fuimos preparados porque íbamos a estar dos horas de pie”.
María Casares (71 años), quien vive en San Isidro del Inca, al norte de Quito, por su edad, no pudo festejar como habría querido, pero contó que en su barrio se realizaron muchos eventos y en la mañana del jueves no encontró borrachos en las veredas, robos ni peleas callejeras como en años anteriores.
Eso permitió que niños y jóvenes disfrutaran los eventos sin preocupaciones. El jueves pasado, la mayoría se concentró en el Centro Histórico y por la noche en el bulevar de la avenida Naciones Unidas.
Esa misma noche, un grupo de personas en contra de la administración del alcalde Augusto Barrera intentó opacar las festividades con una movilización a la que denominaron el “Cacerolazo quiteño”. El organizador fue Augusto Flores, quien reclamó la supuesta “mala planificación” de obras. La movilización no tuvo acogida y, por el contrario, en la sesión solemne -realizada en el Teatro Nacional Sucre- la autoridades destacaron la transformación de la ciudad con los proyectos en planificación y las obras que se entregarán el otro año.
Por ejemplo, en lo referente a la rehabilitación vial, el Municipio ha invertido 30 millones de dólares en repavimentación y acceso a barrios, priorizando las vías más deterioradas e importantes. Además, hasta mediados del próximo año estarán completamente habilitadas las avenidas Mariscal Sucre, Interoceánica y primera fase de la Ruta Viva; también comenzará la prolongación de la avenida Simón Bolívar.
El presidente de la República, Rafael Correa, ratificó el apoyo financiero para el Metro de Quito, las plataformas gubernamentales y la revitalización del Centro Histórico. Recordó que los proyectos iniciarán en enero y, entre otras obras, destacó la regularización de barrios y la cobertura de los servicios básicos.