Las condiciones de vida mejoran en los mercados
Todos los días, antes del amanecer, María sale de su casa ubicada en el sur de la ciudad con un bolso de tela en su brazo derecho, en el que guarda su uniforme compuesto de un mandil y una gorra blanca, además de un pan con queso y dulce de higo, su fiambre de la mañana.
Un poco antes de las 06:00, llega a su puesto en el mercado de San Francisco, el primer lugar de abasto moderno creado en la ciudad, ubicado entre las calles Rocafuerte y Chimborazo (Centro Histórico).
María trabaja desde niña, pues sus padres tenían un puesto de verduras en el mercado antiguo, que existía entre las calles Rocafuerte y Cuenca.
“Las condiciones en las que trabajábamos antes eran tristes, pues no había ningún orden, los productos estaban mezclados entre frescos y dañados. Lo peor de todo eran las montañas de basura que se acumulaban por días. Y la inseguridad”, cuenta la vendedora.
Pero María ahora está contenta, pues desde hace 12 años el sitio fue reubicado y en los últimos 4 ha mejorado notablemente.
Vista desde lejos, la mujer es solo un punto blanco en medio de los colores de las frutas y verduras que vende. “Ahora todo es limpio, pues nos exigen controlar la calidad de nuestros productos. Cada área del mercado está organizada y recibimos capacitación para atender mejor a nuestros clientes”, comentó.
María es una de los más de 6.000 comerciantes de los 50 puntos municipales de expendio del distrito, y donde el Cabildo se ha concentrado para mejorar las condiciones de trabajo en ámbitos como infraestructura, capacitaciones en mercadeo, trato al cliente, manejo de productos, erradicación del trabajo infantil, soberanía alimentaria, modelos de gestión, regularización de los puestos de trabajo y economía popular y solidaria.
Más de $ 2 millones se han invertido para ese efecto a través de la Agencia de Coordinación Distrital del Comercio (ACDC). De hecho, se ha pasado de un presupuesto de inversión en obras de $ 120 mil en el año 2009 a los $ 2500.000 que se utilizaron en 2013.
Por ejemplo, en el mercado La Carolina, más conocido como Iñaquito por los capitalinos, casi 20 feriantes minoristas que trabajaban en las afueras del sitio, tienen, desde septiembre, un lugar seguro, ordenado y limpio para vender sus productos. Esto porque con una inversión de $ 200 mil se colocaron cubiertas metálicas para los comerciantes.
Leonor Medina (45 años), quien ha trabajado toda su vida en el mercado de Santa Clara (centro-sur), casi se pierde entre montañas de frutas y verduras.
La mujer llama a sus clientes con cordialidad, les ofrece las frutas de temporada y viste impecablemente. Con frecuencia toma una toalla húmeda y limpia sus frutas, las ordena y barre su puesto.
“Gracias a esta administración municipal mis compañeras y yo aprendimos a tratar de mejor manera a nuestros clientes, con educación y con amabilidad. Nos dimos cuenta de que de esta manera atraemos más compradores a nuestros puestos y ellos regresan continuamente”.
Los comerciantes de los mercados municipales reciben capacitaciones 3 veces al año en promedio. Por ejemplo, más de 1.530 comerciantes de las administraciones zonales Eugenio Espejo, Manuela Sáenz, Quitumbe y La Delicia accedieron a ese beneficio el año pasado.
“El apoyo del Municipio quiteño ha sido fundamental en el cambio que han vivido los mercados metropolitanos, porque ahora se brinda una atención integral en ellos. Esto porque las personas no solo son capacitadas en relaciones humanas, sino también en orientación familiar. Este mercado (Santa Clara), considerado como emblemático de la ciudad, es un ejemplo del trabajo positivo realizado hasta ahora por las autoridades. Pero creo que uno de los retos del próximo Alcalde será mejorar la infraestructura”, comentó Juan Quiroga, administrador del lugar.
Se prevé que la inversión en el sector sume $ 2763.797 este año, distribuidos en 17 obras nuevas, 11 de mantenimiento y 10 consultorías, que influirán en el mejoramiento de la infraestructura física de mercados y centros comerciales populares.
La ACDC también se preocupa por mejorar las condiciones de trabajo de los comerciantes autónomos. Por ejemplo, el año anterior se legalizó y capacitó a 1.800 trabajadores. Y para este año se espera concluir el proceso, logrando la formalización de 10 mil vendedores callejeros.
Estas personas han sido capacitadas y carnetizadas a través del Programa de Regularización del Sector de Comerciantes Autónomos del Distrito, con lo que dejan de sufrir maltratos, decomisos e incluso arrestos por parte de las autoridades. La iniciativa se realiza en el marco del respeto de los derechos y planificando, ordenando y controlando el uso adecuado del espacio público, para mejorar las condiciones de comercialización.