Las casas de emergencia cambian vidas en Pisulí
A pesar del viento helado y del lodo en el suelo que se formó por la lluvia que cayó la tarde del pasado sábado, 20 voluntarios se reunieron ayer en el barrio Pisulí, ubicado al norte de la capital, para ayudar a una familia de cinco hermanos huérfanos a construir su casa.
En un pequeño terreno donde existía una construcción rústica tapada con plásticos y latas, en la que habitaban los cinco hermanos, cuya madre los abandonó y su padre está privado de la libertad, se levantó una vivienda de emergencia.
En la jornada, que empezó a las 08:30, la Empresa Pública Correos del Ecuador (EPCE) consolidó su compromiso social con el programa “Un techo para mi país”, que trabaja en la dotación de viviendas de emergencia para mejorar la calidad de vida de las familias ecuatorianas que viven en situación de pobreza.
Roberto Cavanna Merchán, gerente general de la EPCE, encabezó el grupo de funcionarios que participó de la construcción de la vivienda para estos cinco hermanos.
Mientras los improvisados constructores, uniformados con camisetas blancas, cumplían su labor, Bayron David Nobay Zambrano, el hermano mayor de los beneficiarios, entraba y salía de su antigua vivienda buscando las herramientas necesarias para ayudar en lo que sería su nueva morada.
Estaba tan emocionado que los ojos se le llenaron de lágrimas al observar cómo poco a poco su nueva casa tomaba forma.
Diana Velalcázar, coordinadora de la ONG, informó que en este sector se han construido 35 viviendas de emergencia a las que se hace un seguimiento.
La coordinadora explicó que la entidad lleva tres años trabajando en este tipo de ayuda social: “Desde entonces se han construido 1.283 casas en 11 provincias del país. La satisfacción es transformar la vida de miles de familias”.
Señaló que, para construir cada casa de emergencia, se invierten 1.700 dólares y añadió que la meta del programa “Un techo para mi país” es construir la vivienda número 1.700 hasta finales de año.