La prolongación de la avenida isaac albéniz fue poco utilizada en los 2 primeros días tras su apertura
La vía que atraviesa el parque Bicentenario en Quito registra un bajo nivel de tráfico
Casi a las 19:00 del lunes, de 15 a 20 vehículos giraban en promedio en cada tanda del semáforo hacia el norte o el sur por la avenida Amazonas desde la prolongación de la Isaac Albéniz, inaugurada unas 9 horas antes por el alcalde quiteño Mauricio Rodas.
Del mismo modo, entre 6 y 7 automotores se desviaban por el tramo recién abierto hacia la av. Galo Plaza Lasso cada vez que la señal de circulación permitía el paso por la Amazonas en dirección al norte.
La vía, que divide a la terminal del Metro ubicada en El Labrador del Parque Bicentenario, registraba así un bajo nivel de tráfico, a pesar de tratarse de una hora considerada pico. Una situación similar se vivió en ese punto de la ciudad, entre las 07:00 y las 08:00 de ayer.
No obstante, de acuerdo con previsiones del Municipio, unos 12 mil automotores utilizarán la ruta a diario en lo posterior.
Algo que resultaba notorio el lunes y el martes era que a algunas personas les costaba trabajo identificar el nuevo acceso.
Por ejemplo, el conductor de un automóvil concho de vino marca Hyundai de placas PCB-9401 se pasó de la intersección de la Isaac Albéniz con la Galo Plaza Lasso (oriente) a las 07:50 de este martes.
Al darse cuenta, se detuvo unos 5 metros más al sur, retrocedió la marcha e ingresó por el tramo recién abierto. Y aunque la maniobra no produjo incidentes mayores, sí entorpeció por unos minutos la circulación por uno de los carriles de la ruta que lleva el nombre del ex-Presidente de la República.
Así mismo, cerca de las 08:00, la persona al volante de un Hyundai blanco de placas GSA-8549 se detuvo en la bocacalle, dudó unos segundos y posteriormente tomó la prolongación hacia la Amazonas. Esto provocó que quienes se encontraban detrás pitaran para obligar a la continuación de la marcha.
Hechos parecidos ocurrieron anteanoche, durante casi una hora, en el extremo occidental de la nueva vía. Allí, el agravante es que al inicio de la conexión con la Amazonas se han colocado barreras de plástico para impedir el acceso por el carril que permitirá el ingreso a la terminal del Metro que se construye en la zona de El Labrador.
Allí, la entrada vehicular general a la Isaac Albéniz queda en la mitad, pero a algunas personas les resulta difícil encontrarla a la primera.
José Vinueza, quien se identificó como un vecino del Parque Bicentenario, atribuyó este tipo de dificultades a que “la gente todavía no conoce bien la obra y debería promocionársela más” y a que “aún falta señalización que advierta a los conductores que se acercan a la prolongación de la Isaac Albéniz”.
En efecto, aunque el tramo abierto cuenta con buena iluminación nocturna y la calzada se muestra flamante, no hay en el sitio ni en las vías aledañas (Galo Plaza Lasso y Amazonas) señalización vertical ni horizontal que oriente a los ciudadanos sobre la existencia de la nueva alternativa.
Obras pendientes
La prolongación de la avenida Isaac Albéniz es solo una de las 32 intervenciones viales previstas por la pasada Alcaldía como parte del proyecto del Parque Bicentenario y definidas mediante una ordenanza el 1 de febrero de 2013.
El propio Mauricio Rodas reconoció el lunes, a través de su cuenta de Twitter, que la obra “se planificó durante la administración (municipal) anterior”. De hecho, el contrato firmado con la empresa española Acciona para la ejecución de los trabajos fue firmado el 27 de diciembre anterior, contemplaba un plazo de 7 meses y un inversión requerida de más de $ 11,8 millones.
En el documento se establecía que se debía construir primero una parte del fondo de saco de la vía del Metro; esto es, el espacio en donde los trenes iniciarán el retorno de sus recorridos.
Esta parte subterránea de la prolongación de la Isaac Albéniz fue adelantada en la parte final de la Alcaldía de Augusto Barrera.
Otras obras viales previstas en el proyecto son la construcción de prolongaciones de las avenidas La Florida y Fernández Salvador, las cuales atravesarían el Bicentenario bajo tierra (ver gráfico).