La velocidad eleva el riesgo en la Av. Simón Bolívar
La construcción de la avenida Simón Bolívar buscaba agilizar el flujo vehicular de Quito evitando el ingreso de quienes estaban de tránsito a otras ciudades. Sin embargo hoy en día es una arteria principal para los residentes que desean atravesar la ciudad por trabajo o estudios.
Pero al ser una vía rápida se ha convertido en una zona de riesgo con un índice de 2,5 siniestros al día. La Agencia Metropolitana de Transporte (AMT) registró 35 accidentes en los primeros 15 días de abril, que se suman a 170 ocurridos entre enero y febrero de 2015.
Por esa vía circulan más de 70 mil vehículos al día y tiene una extensión de 29 kilómetros contados desde la Panamericana Norte hasta el límite con el cantón Mejía. Y según la AMT, la mayoría de accidentes ocurre por pérdidas de pista, volcamientos y roces.
La Secretaría de Movilidad identificó 3 puntos de alto riesgo: el sector de la Universidad Internacional, el Triángulo de Piedra y la intersección entre la avenida de Los Conquistadores, en la vía a Guápulo.
El conductor Rogelio Espinosa considera que la mayoría de accidentes ocurre debido a la impericia de los choferes y el irrespeto a la señalización. Esto a pesar de que la AMT coloca diariamente unos 200 conos para delimitar las áreas de restricción vial, junto con 30 rótulos de obra y 2 paneles de iluminación led que informan al conductor la velocidad a la que hay que circular para evitar sanciones.
De acuerdo con los registros de la Agencia, hay 4 causas fundamentales de accidentes: exceso de velocidad, consumo de sustancias prohibidas, impericia y temeridad de los conductores al cambiar de carril.
Los usuarios de la vía añaden al clima como una causa, y argumentan que en las madrugadas baja la neblina lo cual oculta las señales de tránsito y reduce la visibilidad. Ante ello, las autoridades implementaron desde mediados de marzo un plan de control para paliar el alto número de incidentes en la vía.
A eso se suman los efectos del invierno, por lo que la AMT cuenta con un plan de emergencia para cuando se produzcan deslizamientos y asistencia mecánica para vehículos dañados en la vía.
Desde octubre se determinó que el límite de velocidad sería 90 kilómetros por hora y se colocaron más de 10 radares para controlar. Aun así los accidentes persisten, sobre todo en horas pico. (I)