La movilidad capitalina con tres ejes
Para algunos peatones transitar por las calles de Quito puede convertirse en una proeza. Es que en el peor de los escenarios: el conductor del bus no respeta las paradas, los autos particulares invaden la ciclovía, el ciclista no observa al peatón y lo golpea con su bicicleta... Y la congestión vehicular altera los nervios de los conductores. Así, la convivencia vial es un reto.
Esa realidad ha motivado al Municipio a elaborar un plan de movilidad integral que resuelva décadas de conflicto, ahora acentuado por el crecimiento del parque automotor y la recuperación del espacio público para los peatones.
Según el Cabildo, este problema debe entenderse desde la siguiente perspectiva: espacio y crecimiento de la ciudad evidenciados, por ejemplo, en la pérdida de densidad residencial en las áreas más consolidadas de la ciudad y una distribución poco consecuente de los equipamientos o servicios urbanos, que siguen concentrados en el denominado “hipercentro”, con un débil desarrollo de otras zonas.
Frente a ello, la Secretaría de Movilidad propone un nuevo plan de movilidad. Su titular, Carlos Páez, señala que “los vicios del actual modelo no tienen futuro y por ello es importante trabajar en tres pilares fundamentales: el mejoramiento y la ampliación del transporte público; la promoción e incentivo de la movilidad no motorizada; y el uso racional del auto particular”.
Mejorar el transporte público implica que los ciudadanos accedan a medios de transporte que brinden un servicio de calidad, por eso la necesidad de implementar proyectos como el Metro de Quito y la incorporación de más unidades a los corredores viales. Además se plantea extender las líneas de buses a los barrios periféricos y a las parroquias rurales del distrito.
La BiciQ, las rutas de la ciclovía y las campañas para incentivar el uso de la bicicleta es la manera como se pone en práctica el segundo pilar del plan. Actualmente Quito tiene 9.000 usuarios en la BiciQ y en los próximos meses se construirán nuevos tramos de la ciclovía en el sur de la capital, que entrarían en funcionamiento en septiembre.
Medidas restrictivas como el Pico y Placa, el control de estacionamientos en la vía pública a través de la Zona Azul y los nuevos dispositivos de control de infracciones forman parte del tercer punto.
Este modelo plantea alternativas socialmente incluyentes para el peatón, conductor y ciclista, que además favorezcan al medio ambiente.