La Mica beneficia a más de 270 mil quiteños
El subgerente de la Empresa Pública Metropolitana de Agua Potable y Saneamiento (Epmaps), Wilson Oña, informó que la entidad prevé ejecutar, a mediano plazo, el proyecto “Ríos Orientales”.
Este consiste en captar las fuentes de los ríos I y J, en el sector del volcán Antisana (5.753 m), con el fin de dirigir el recurso hídrico hacia Quito y aumentar el caudal de abastecimiento de agua potable.
El anuncio lo hizo durante un recorrido por el proyecto La Mica-Quito-Sur, ubicado en la cuenca del río Antisana y Jatunhuayco, entre las provincias de Napo y Pichincha.
La Mica-Quito Sur nació hace 13 años y beneficia a 276.000 personas que habitan desde el sector de Quitumbe hacia el sur, alcanzando el límite con el cantón Mejía.
Es uno de los cuatro sistemas de abastecimiento de agua de la ciudad: Papallacta, ubicado al oriente, abastece el norte de la capital, desde la avenida Naciones Unidas hasta el sector Calderón. Las poblaciones ubicadas al norte y noroccidente de ese límite, como Calacalí o Nanegalito, disponen de sus propias fuentes de agua. Mientras que el sistema Pita, ubicado en la zona de Puengasí, distribuye el servicio desde la avenida Naciones Unidas hasta Quitumbe.
Según Oña, la Epmaps se encuentra empeñada en un proceso de conservación del recurso. Y como parte de ello -explicó- la empresa compró en 2011 la hacienda en la que están las fuentes de agua del proyecto La Mica, con la finalidad de preservar la cantidad y calidad del líquido; es decir, para lograr que el líquido que se condensa en la zona llegue a la fuente; y la calidad del agua, lo que equivale al manejo de la fuente”, aseguró el funcionario.
El embalse de agua que provee al sistema La Mica-Quito Sur tiene una capacidad de almacenamiento de 24 millones de metros cúbicos. Lo cual implica que “siempre tendremos agua almacenada para enviar la cantidad necesaria a Quito, pese a las variaciones en el caudal de los ríos. Si enviamos 1.000 litros por segundo, por lo menos disponemos de seis meses de abastecimiento”, afirmó Oña.
El proyecto se alimenta de su propia energía, que es generada por la Central Hidroeléctrica El Carmen, ubicada a 3.920 metros sobre el nivel del mar, y que abastece a la planta de tratamiento El Troje.
Guido Calvache, encargado de los sistemas de controles automáticos de la central, aseguró que el sistema está concebido virtualmente, es decir, que en caso de presentarse una emergencia, la generadora puede ser manejada desde Quito sin problema.
A 47 kilómetros del sector de la laguna La Mica, que da nombre al proyecto, y a 3.141 metros sobre el nivel del mar, se encuentra El Troje, en el sector de la parroquia Turubamba (al sur oriente del Distrito), en donde se realiza el proceso de potabilización del agua que se entregará a una parte de los quiteños.
La planta tiene capacidad para el tratamiento de 850 litros de agua por segundo. Sin embargo, su promedio es de 500 litros por segundo, de los cuales el 60% es destinado a los hogares, el 22% a industrias y 18% al sector comercial, según las estadísticas que maneja la empresa municipal.
Mirely Segovia, jefa de la planta, afirmó que en este lugar hay una reserva de 7.100 metros cúbicos de agua cruda y 3.100 de agua tratada.
Segovia explicó que el proceso de distribución de agua se inicia con la coagulación, es decir, la mezcla entre el producto químico (sulfato de aluminio) y agua cruda. Esto ocasiona la formación de una partícula cuyo aspecto es similar a la leche cortada.
Agrega que luego esa partícula recorre el floculador (unidad en forma de laberinto), con el objetivo de facilitar su decantación y el posterior filtrado de impurezas.
Durante la fase de filtración, se separa mecánicamente las sustancias sólidas del líquido para que, finalmente, este sea desinfectado mediante el uso de clorogas y se almacene en tanques para posteriormente distribuirlo a la ciudadanía.
