Con trabajo comunitario y un amplio sentido de solidaridad, los habitantes de Zámbiza se levantaron ayer para “curar” las heridas físicas y emocionales que causó el incendio suscitado ayer en La Playita, en el nororiente de la parroquia rural.

Agricultores de la zona, madres de familia y los niños que estudian en horario vespertino, madrugaron ayer  para cortar la maleza, abrir zanjas y colocar baldes con agua en las cercanías de la quebrada Urauco, en donde se produjo el incendio que atemorizó a Zámbiza.

Personal de la Comisión de Operaciones Emergentes (COE) y de la Junta Parroquial de Zámbiza se reunieron para  evaluar los daños que ocasionaron las llamas, tanto en sus cultivos como en el área urbana. 

El saldo preliminar es: tres casas quemadas (de las familias Menacho, Tufiño y Espinoza), 42 animales muertos (25 cerdos, cinco chivos y 12 gallinas) y 1,5 kilómetros cuadrados de área agrícola devastada (árboles frutales -aguacates, guabas y chirimoyas- hortalizas, legumbres, leguminosas y granos en general).

“Solo en los cerdos se han perdido 5 mil dólares netos. Pero, por ejemplo, deberán pasar unos tres meses para que los terrenos puedan renacer y los agricultores empiecen a recuperarse de esta derrota  anímica”, dijo Luis Miranda, presidente de la Junta Parroquial de Zámbiza.

Una docena de familias que participaban en el programa agrícola minorista de una reconocida cadena de supermercados, exteriorizó su tristeza por las pérdidas que, a mediano plazo, se generarán por la quema de sus cultivos.

Por otro lado, Fernando Tufiño, uno de los tres afectados, indicó que el  Refugio Bumba Toquilla, el salón de eventos sociales de su propiedad, estaba valorado en 100 mil dólares. “La arquitectura era de estilo rústico. En tres pisos teníamos mesas de billar, televisores, entre otros artefactos. Hay que volver a empezar con ánimo”, agregó.

La mejora de la red hídrica en el sector fue el principal pedido de los zambizeños. “Además de la falta de presión de agua, el caos se formó  porque la mayoría de los hidrantes son de dos pulgadas, es decir, no se los podía utilizar para que los hidrosuccionadores del Municipio puedan recoger el líquido. Es necesario puntas de cuatro pulgadas”, explicó Miranda.

El próximo fin  de semana está prevista una minga preventiva de incendios forestales y un acto benéfico para ayudar económicamente a los agricultores y dueños de las viviendas que se vieron afectadas por el incendio. El servicio de energía eléctrica retornó a Zámbiza el domingo anterior, a las 21:00. Y la distribución de agua se realizó con normalidad.

Las personas que evacuaron la parroquia por el peligro inminente de incendio en sus viviendas empezaron a retornar ayer a la parroquia, desde las 08:30. No obstante, las puertas de negocios y casas particulares aún se mantenían cerradas, pues la limpieza de la ceniza y de restos de material combustivo fue una tarea colectiva de la gente.

Fernando Lara, administrador de la zona Eugenio Espejo del Municipio, dispuso que se mantengan dos tanqueros en Zámbiza hasta que la amenaza de incendios sea descartada completamente. Hasta el cierre de esta edición, el incendio estaba completamente mitigado en Zámbiza y las laderas que conducen a Nayón, donde se temía una nueva propagación de llamas.

El fuego se trasladó a la parte inferior del sector de la Playita, una extensión de 25 hectáreas que limita con el río San Pedro por el oriente, donde las llamas ya no podrán crecer más. Del otro lado del río se encuentra Puembo, Yaruquí, Tababela y el nuevo aeropuerto de Quito.