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La familia del músico Jorge Salas preserva la tradición de su célebre Balcón quiteño

Familiares del músico Salas decoraron el balcón para preservar la costumbre por las fiestas capitalinas.
Familiares del músico Salas decoraron el balcón para preservar la costumbre por las fiestas capitalinas.
Fernando Sandoval / EL TELÉGRAFO
05 de diciembre de 2016 - 13:00 - Redacción Web Quito

Jorge Enrique Salas Mancheno no alcanzó a festejar los 482 años de Fundación de Quito. Pero el legado de sus creaciones artísticas dejó en la memoria de los capitalinos una invaluable y perenne ofrenda cultural.

Una larga y silenciosa enfermedad provocada por un accidente cerebro vascular cegaron su vida el pasado 12 de marzo, luego de cumplir los 95 años. Aún así, en su familia quedó encendida una ardiente vibra por promover la identidad de los quiteños en sus fiestas dicembrinas.

Flores de plástico, luces de colores, enormes globos y una gran bandera con letras blancas que rezan "Balcón Quiteño" se tendieron en un pequeño corredor de la casa del compositor ecuatoriano.

La vivienda se encuentra en pleno centro de Las Casas (norte). Alberga más de 50 años de incontables de anécdotas, pero más que nada sobresale de entre todos los inmuebles, porque a finales de noviembre la fachada cambia 'de pinta' al llenarse de banderines azules y rojos para resaltar las festividades por la fundación de la capital.

En los últimos años, este sencillo pero significativo homenaje de decorar los balcones se replicó en todos los rincones de Quito. Don Jorge fue mentor de este detalle que convoca a los capitalinos a salir a los miradores para gritar ¡Viva Quito!

Como músico autodidacta sacó rebosantes susurros del acordeón, la guitarra y el piano. Sus instrumentos tejieron las notas en decenas de divinas melodías. Entre sus composiciones se encuentran 'Balcón Quiteño' y 'Edén de Maravillas', que forman parte de un repertorio de música de antaño, pero que lo bailan con goce y picardía los jóvenes y adultos como música de fondo en las peñas y en las chivas.

Este emblemático creador nació en Riobamba, pero se consideraba "quiteño de corazón y chulla por pasión", como relata su compañera de vida desde más de 60 años, Aída Beatriz Carrera Yépez con quien tuvo 5 hijos.

Doña Aída no solo lo recuerda como un esposo ejemplar y amante de la música, sino como un bohemio que se codeaba con artistas de renombre para cantar con requintos y guitarras en la sala de su casa. Por ahí desfilaron Nelson Dueñas, Rodrigo Barreño, Guillermo, Rodríguez, Marco Tulo Idrobo, los trompetistas Gonzalo Carrasco... También grabó discos con Paulina Tamayo, las Hermanas Mendoza Suasti, los Hermanos Villamar, el Dúo Benítez Valencia.

En las paredes de su casa reposan fotos a color y a blanco y negro de todos esos instantes. Junto a estas se encuentran decenas de diplomas de honor, entregados por el Ministerio de Educación, el Congreso Nacional, la Sociedad de Autores del Ecuador, la Casa de la Cultura Ecuatoriana. Uno de los últimos reconocimientos fue del Municipio, que lo denominó "Trovador de Quito".

Su esposa reconoce que don Jorge también fue muy bueno para cortejar. La pareja se conoció en el barrio San Juan (centro norte), durante una minga. En ese vaivén le ofrecía amenas serenatas, que dieron origen al renombrado 'Balcón Quiteño'.

Aída cuenta que don Jorge siempre tuvo el gusto de componer para Quito porque fue la tierra que lo acogió, pero también porque sintió una inmensa gratitud a su tierra nativa. Fue así que compuso 'Riobamba de mis amores'.

Jorge es el quinto de 7 hijos; Marcial, el mayor de sus hermanos, fue compositor del tema 'Chimbacalle de Mi Vida', creada también en honor a la capital.

Mariana Salas (66 años) también habla de sus creaciones. A manera de broma, ella cuenta que fue una de las consentidas de sus vástagos. De ahí que compuso 'Marianita'. Su letra dice: "Yo tengo una morenita muy buena moza, capullito perfumado color de rosa es reina, dueña y señora de mi cariño".

Cuando Mariana contrajo matrimonio, su padre le dedicó 'Negra Ingrata'. "Yo nunca podré olvidarme negrita linda que fuiste tú la reina de mi cariño aunque me pague la ingratitud...".

En su vida profesional, se dio espacio para impulsar una empresa de transporte. Fue fundador de la Cooperativa de Colectivos Quito, una de las primeras de transporte urbano en la ciudad y luego conformó una empresa de transporte Ecuador, comenta Marco Raúl Salas (69 años) uno de sus hijos. "Los que más nos impactó como hijos fue su tenacidad", reitera.

En algunos años, varias delegaciones de diversos colegios, entre ellos Gran Colombia, llegaron a la casa de la familia Salas Carrera para saludar al artista ecuatoriano con bombos y platillos, comparsas y hasta bastoneras. Aunque este año nadie se hizo presente, su familia no pierde el ánimo porque saben que Jorge "fue homenajeado en vida y estuvo presente para vivirlo". (I)

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