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El Temblor de 1587 fue el más fuerte de la ciudad

La falla geológica de Quito está formada por 3 segmentos

La falla geológica de Quito está formada por 3 segmentos
14 de agosto de 2014 - 00:00 - Redacción Quito

El sismo que sacudió a Quito la tarde del martes, fue producto del movimiento de bloques de tierra a 5,5 kilómetros de profundidad del epicentro, ubicado a un kilómetro de Calderón.

Según la jefa de Sismología del Instituto Geofísico de la Escuela Politécnica Nacional, Alexandra Alvarado, un bloque de tierra se superpuso a otro, una característica geológica denominada movimiento inverso. Este fenómeno produjo que un bloque de tierra sobre el cual se asienta Quito se sobreponga al bloque donde se ubican los valles, aunque hasta el momento no han logrado precisar el área que se desplazó tras el temblor.

La falla geológica de Quito es un plano de fractura, sobre el cual se asienta la ciudad, y está conformada por 3 grandes segmentos tectónicos, cuya longitud de superficie alcanza los 60 kilómetros. Se cree que esa falla se produjo hace siglos por el movimiento de la placa de Nazca hacia el interior del continente.

“Hablamos de grandes masas de tierra que interactúan permanentemente unas con otras. Este proceso genera deformación en la zona continental y ocasiona fracturas”, precisó Alvarado.

La falla de Quito se evidencia en la formación de una cadena de colinas que avanza por el perfil oriental de la ciudad: El Tablón, Puengasí, Lumbisí, Batán-La Bota, Carcelén-El Inca, Calderón-Bellavista y Catequilla.

El sismo del martes, que alcanzó los 5,1 grados en la escala de Richter, es considerado por los expertos como superficial y afectó a las parroquias de Calderón y Pomasqui. Pablo Duque, decano de la Facultad de Geología de la Escuela Politécnica Nacional, mencionó que fallas geológicas como la de Quito son comunes en sectores cercanos a sistemas montañosos.

“Esta falla acumula energía que tiene que ser liberada, se trata de un proceso natural que puede romperse en cualquier sector de la ciudad. Por ejemplo, ahora la falla se rompió en el sector de Calderón, es decir, se reordenaron rocas y se produjo el sismo”, detalló Duque.

Señaló además que el punto en donde chocan las placas se denomina hipocentro, cuya magnitud se mide por la cantidad de energía liberada cuando sube a la superficie. Mientras que la intensidad se calcula con base en los daños causados por el sismo.

La geóloga Eliana Jiménez explicó que las fallas más peligrosas para un área poblada son las superficiales, porque hay sismos que se generan en zonas de subducción (proceso mediante el cual parte de la corteza oceánica se sumerge bajo otra placa de carácter continental), que provocan el rompimiento de placas tectónicas muy profundas que disipan energía. “Los más riesgosos son los sismos de fallas superficiales que están debajo de la ciudades, por eso preocupa el mal manejo de las canteras, taludes y los asentamientos humanos”, acotó.

Al estar las placas tectónicas en constante movimiento, la experta sostiene que con la falla de Quito un futuro sismo podría alcanzar una magnitud superior a los 8 grados en la escala de Richter, por lo que es necesario que la ciudadanía se prepare para una posible emergencia.

En la historia de la ciudad se han registrado 3 sismos de gran magnitud, todos relacionados con la falla geológica, y coincidentemente han ocurrido en agosto: 1587, 1990 y 2014, comentó Alvarado. El más fuerte ocurrió en 1587 y alcanzó los 6,3 grados en la escala de Richter, causando daños en iglesias y viviendas de lo que hoy es el Centro Histórico.

Las canteras ponen en riesgo al cerro de Catequilla

Está ubicado en la parroquia rural Pomasqui, al norte de Quito, y se destaca por estar en el punto 0 de la línea equinoccial, a diferencia del monumento denominado Mitad del Mundo, que se ubica a 7,7 segundos al sur de paralelo 0, en la parroquia San Antonio de Pichincha.

Catequilla tiene una cota de 2.638 m.s.n.m y ofrece una vista de 360º que permite distinguir 25 pueblos antiguos en sus alrededores. Expertos aseguran que allí se ubicó un observatorio astronómico y un bohío ceremonial más antiguo que los Incas.

Tras diversas excavaciones arqueológicas se encontraron allí cerámicas de origen Quitu-Caranqui, Inca e inclusive colonial, lo que generó una disputa entre quienes trabajan en las canteras al pie del cerro y aquellos que defienden su valor histórico.

En 2012, una decisión municipal suspendió el trabajo en 19 canteras por los altos niveles de contaminación que generaban. El Cabildo inició un proceso de recalificación en las 102 minas existentes a esa fecha y les exigió el título minero, la auditoría ambiental y el plan de manejo; el pago de regalías y la nómina de afiliación al Seguro Social de su personal.

La actividad minera en San Antonio y Pomasqui continúa y el deslizamiento de tierra tras el sismo del martes reanudó el debate sobre la pertinencia de las canteras y las normas de seguridad que cumplen.

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