Portafolio Gráfico
La exhumación, un ritual íntimo que conserva prácticas ancestrales
Tras 15 años, la familia de Rosario Muñoz Achig vivió un reencuentro en el Cementerio de San Diego, en Quito. Sus restos fueron exhumados para trasladarlos a una urna que la preserve.
En un encuentro solemne, hijos y nietos recordaban su alegría. Y como si se tratara de su ángel protector, uno de ellos tomó su hueso y lo frotó en su rodilla lastimada para que el dolor “se vaya al más allá”.
Los más pequeños patearon otro de los huesos para que “en la vida jamás tengan tropiezos”. Finalmente el hijo mayor ‘bañó’ a los demás con aguardiente y humo de tabaco para alejar las malas vibras. (I)