La Escuela Quiteña toma vida en La Ronda
Los oficios tradicionales de Quito resurgen de la mano de artesanos especializados que comparten sus experiencias con los turistas que visitan los viernes el barrio de La Ronda, en el centro de Quito.
La casa 989 de este sector tradicional del Centro Histórico acoge a artesanosque estudiaron y perfeccionaron la técnica de la Escuela Quiteña y que ahora realizan a mano objetos en madera y metal, restauración de cosas antiguas.
La Escuela Quiteña es el conjunto de manifestaciones artísticas que surgió durante la época de la Colonia y que tuvo varios campos de acción en torno a la elaboración de artesanías. “Nosotros estudiamos en la Escuela de Artes de Quito, que desapareció y ahora formamos la Escuela Quiteña, en la que realizamos objetos nuevos, pero bajo estas técnicas o las de envejecimiento”, sostiene José Luis Jiménez, artesano especialista en taracea (incrustaciones de madera).
Todo se lo hace de forma manual, siguiendo las técnicas usadas por los precursores de esta tendencia. Jiménez se dedica a la elaboración de bargueños (mueble con cajones secretos), marcos para cuadros al estilo colonial, restauración de objetos de madera, entre otros.
Afirma que “es el rescate de una tradición quiteña muy importante como son los oficios, la elaboración de productos de manera artesanal y con técnicas laboriosas, pero que perduran en el tiempo y que son elaborados bajo la rigurosidad de la tradición”.
Si bien la propuesta del proyecto “Manos a la Ronda” es que los artesanos realicen sus actividades en la calle, debido a la debilidad de la madera frente al sol, los artesanos de la Escuela Quiteña permanecen en sus talleres, pero reciben continuamente visitas de los turistas que acuden a La Ronda.
Claire Bousso, turista francesa, se mostró sorprendida por la habilidad de los artesanos. “Es difícil creer que todavía existan personas con tal habilidad para darle forma a una madera o un metal y que sean verdaderas obras de arte”, destacó la visitante.
Bousso también comentó que “en Europa todos los procesos son automatizados y muy pocas personas hacen trabajos a mano, porque mientras ellos hacen uno la máquina puede hacer 100 similares, pero de menor calidad”.
José Salazar, especialista en la forja artística, señala que “los turistas pueden ver cómo se hacen las diferentes piezas, cómo es el proceso y además aprenden a diferenciar entre un objeto antiguo y uno nuevo, pero sometido a procesos de envejecimiento”.
Si les gustan compran esos objetos, pero lo importante es compartir con los visitantes para que observen en vivo el proceso creativo que realizan los maestros.
Tanto Salazar como Jiménez destacan que el objetivo es mantener viva la tradición de los oficios quiteños, que en años anteriores estuvieron a punto de desaparecer. “Nosotros aprendimos de los maestros, de las personas que realizaron toda su vida estas actividades, de quienes saben los secretos de su arte y que nos enseñaron”, destacó José Luis Jiménez.
Las personas que acudan a esta exposición podrán observar la elaboración de candados de hierro, candelabros, figuras de madera, consolas, retratos e incluso bocetos de nuevos proyectos en los que están trabajando continuamente y que son una novedad entre los turistas.
Los talleres abren sus puertas al público solo los viernes, a partir de las 10:00, con la finalidad de atraer a los visitantes.