La ciudadanía juega su parte en la conservación del parque La Alameda
El show de luces de la rehabilitada laguna de La Alameda sorprendió gratamente a cientos de personas que acudieron al lugar la noche del martes, para su inauguración.
Chorros de agua movidos por un sistema computarizado bailaban en el centro del espejo de agua al compás de cambios de color y de melodías amplificadas por todo el espacio verde quiteño.
“Parece que el agua cobra vida con las luces de colores. Es un espectáculo hermoso que hace que como quiteños nos sintamos orgullosos”, comentó Enrique Paredes, visitante del tradicional sitio. El show se realizará cada noche hasta el 6 de diciembre en tres funciones.
El alcalde Augusto Barrera resaltó el valor histórico del parque y se refirió a la necesidad de conservar ese espacio y otros considerados patrimoniales. “Realizamos un esfuerzo permanente por revitalizar y recuperar cada plaza, parque y edificio de esta ciudad. Para que funcione el patrimonio y sirva debe ser querido por la población, pues patrimonio no significa que es viejo o histórico, sino que es propio, mío, que hace parte de nuestra identidad y, por lo tanto, debemos cuidarlo. Y ese es el esfuerzo que realizamos”, señaló la autoridad.
El espacio acuático se reabrió al público la semana pasada, al cabo de una rehabilitación que duró alrededor de 3 meses.
Aproximadamente 65 mil dólares invirtió el Cabildo en las mejoras, que abarcaron el arreglo de tuberías, limpieza de filtros, modificación en los cuartos de control, reparación de electroválvulas, así como del sistema de filtrado.
Por ello, la Municipalidad ha establecido una serie de medidas con el fin de conservar en buen estado el lugar.
Una de ellas es que la Empresa Pública Metropolitana de Aseo (Emaseo) limpia muy temprano el espacio cada jornada. Según datos oficiales, diariamente se recoge alrededor de una tonelada de desechos en la zona. Por ello, las autoridades apelan a la comunidad para que no se arrojen desperdicios en el suelo ni en el agua y que, tanto las especies vegetales como la señalética, no sufran daños.
“Alrededor de la laguna existen más de 80 tachos, pero las personas prefieren botar la basura fuera de los cestos. Tenemos que estar detrás de la gente pidiéndole que no ensucie”, se quejó Eduardo Rivas, guardia privado. De hecho, otra de las medidas implementadas es la contratación de personal para que ayude tanto en el control de la seguridad, como del ornato y la limpieza.
Del mismo modo, los comerciantes que laboran en el sitio tienen el compromiso de ayudar en el mantenimiento mediante el aseo permanente de las áreas aledañas a su respectivo sitio de trabajo y concienciando a sus clientes sobre normas básicas de higiene.
Ello estaría produciendo resultados pues la mañana de ayer, después del espectáculo, los alrededores de la laguna lucían limpios. Tan solo unos pocos papeles, fundas plásticas y hojas de árboles aparecían en los bordes.