La Catedral capitalina se vistió de rosas por las fiestas
La Catedral de Quito ayer lució diferente. Grandes arreglos florales, que en conjunto reunían más de 26 mil quinientas rosas de exportación, adornaron los exteriores del templo religioso como parte del homenaje a la capital de los ecuatorianos.
“Es una exposición nunca antes vista. Realmente esto es hermoso, un lindo regalo para la ciudad en estas fiestas. Sabemos que nuestro país es el principal exportador de rosas, ahora confirmamos el porqué somos los productores de las rosas más bellas del mundo”, comentó Manuel Sánchez, uno de los cientos de turistas que paseaban por la Plaza Grande y que se impresionaron con el detalle.
Entre las flores de verano se encuentran astromelias, minigerberas, campanulas y otras variedades con las cuales se han formado 44 “árboles de flores” de aproximadamente 2,20 metros de altura.
La Catedral de Quito es una de las iglesias más antiguas de Sudamérica y es una de las primeras edificaciones religiosas levantadas en la ciudad con la llegada de la conquista española.
Se trata de un sobrio templo de piedra edificado en 1550, reconstruido luego del terremoto de 1660 y con otra intervención importante en 1797. Las custodias, el púlpito, la sillería del Cabildo Metropolitano, entre otros elementos, corresponden al arte de la época colonial.
Y para exaltar la belleza patrimonial de la ciudad, la Asociación de Floricultores de Quito en coordinación con el concejal Pablo Ponce, decidieron adornar la iglesia con las rosas que se producen dentro del Distrito Metropolitano.
Las rosas ecuatorianas se destacan en el mundo por su color y aroma, dos cualidades que se dan gracias a que se encuentran en la Mitad del Mundo y reciben una luz perpendicular, lo que a su vez brinda excelentes condiciones climáticas para ese tipo de cultivos. A ello se suma la calidad del agua que se utiliza para el riego, proveniente de los nevados andinos.