Al relleno sanitario capitalino, ubicado en el sector de El Inga (oriente de Quito), llegan alrededor de 15 toneladas (t) diarias de desechos producto de atenciones relacionadas con tratamientos de salud.

Esto equivale aproximadamente al 0,75% de las 2 mil toneladas de basura que produce, en general, el Distrito Metropolitano.

Este tipo de material está compuesto por gasas, torundas, bajalenguas, apósitos, jeringas sin agujas, guantes, material corto-punzante y cualquier otro elemento desechable que haya estado en contacto con fluidos corporales de los pacientes humanos o animales.

Sin embargo, no se admiten desechos anatomopatológicos como órganos, tejidos y partes del cuerpo, los cuales requieren de un manejo especial.

Según la empresa municipal de gestión de residuos, el Cabildo atiende con la recolección y disposición de este tipo de basura a 3.500 clientes entre casas de salud, consultorios, clínicas veterinarias y centros estéticos.

Para ser admitidos en el circuito de recolección, los residuos deben tener un proceso de almacenamiento especial, a cargo del personal del centro de atención sanitario correspondiente.

Así, el material corto-punzante debe ser depositado en recipientes especiales denominados guardianes, mientras que los infecciosos en fundas rojas.

Además, deben ser transportados en recipientes diferenciados con tapa hacia el sitio de almacenamiento intermedio o final, que deberá estar correctamente techado, iluminado, ventilado, señalizado, con paredes y pisos de material liso, resistente, lavable e impermeable. Este espacio debe ser sometido a una limpieza periódica.

La recolección se realiza mediante rutas y horarios programados a través de vehículos especiales y personal vestido con el equipo de protección adecuado.

En la planta de tratamiento del relleno sanitario se realiza la desactivación de estos desechos tratándolos mediante vapor saturado y presión, lo que permite la eliminación de los medios de vida de bacterias, gérmenes y virus, entre otros agentes infecciosos que pudieran contener.

Se usan 3 máquinas denominadas autoclaves, que trabajan a temperaturas de 150° por alrededor de 22 a 25 minutos. Una tonelada de desechos es tratada en una hora aproximadamente.

Luego de ello, este tipo de residuos es considerado como desecho común y se coloca en espacios destinados para ello.

Desechos comunes

Un 95% de los desechos que producen los vecinos de la capital está constituido por basura común.

La mayor parte de esta (54,69%) está formada por residuos orgánicos producidos en la cocina: cortezas, semillas, bagazo, tallos, hojas, restos de frutas y más.

Los rechazos forman el segundo grupo de elementos de la basura doméstica. Es así que, de acuerdo con la empresa municipal de aseo, cosas como papel higiénico, prendas de vestir descartadas, etc, componen el 11,53% de los desperdicios.

En tanto que madera, textiles, corcho y más ocupan el 4,89% de una funda de basura promedio. Los residuos de papel como hojas bond, cuadernos y más representan el 3,72%.

La basura de tipo electrónico, con el 0,45%, ocupa la porción más pequeña de desperdicios que producen los hogares capitalinos. Por otra parte, los residuos metálicos como latas, clavos, tornillos y más se encuentran en la penúltima posición con el 0,70%.

En tanto que el vidrio es antepenúltimo con 1,05%. (I)