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La avenida Michelena vive a un ritmo agitado durante todo el día

La avenida Michelena vive a un ritmo agitado durante todo el día
15 de marzo de 2015 - 00:00

El barrio de la Michelena, ubicado al sur de la ciudad, se constituyó a mediados de los años sesenta. El barrio surgió luego de que se lotizara la hacienda La Magdalena hace más de 6 décadas.

Al inicio, el sector estaba conformado por viviendas pequeñas rodeadas de extensas planicies, en donde se cultivaban plantas y se criaba ganado.

La mayoría de propietarios eran obreros de las fábricas y la estación del tren ubicadas en el sector de Chimbacalle.

El barrio lleva el nombre del subteniente Manuel Michelena, quien participó en los combates fronterizos de 1904 con el Perú. De ahí que la mayoría de las calles del sector tengan nombres de militares.

Además, al final de la Michelena, en su intersección con la av. Mariscal Sucre, se encuentra el cuartel de División del Ejército Shyris, edificación característica de la zona.

La reciente expansión del barrio ocurrió a principios de los ochenta. Hasta entonces, la zona era de tipo residencial, pero a mediados de dicha década, la actividad comercial se fue tomando el lugar.

“La Michelena cambió cuándo algunas personas, no precisamente vecinos del lugar, empezaron a vender comidas típicas. Era tradicional la Pincatería Isabelita, la rica fritada de la señora Rosa Aguirre, las empanadas de viento y morochos de Marcela Piedra, entre otros negocios. Así tomó fama el sector y poco a poco el comercio autónomo ganó terreno. Por eso aquí existen comerciantes que tienen sus locales más de 30 años”, comentó Luis Loaiza (62), uno de los moradores.

Pero, poco a poco, la venta ambulante empezó a formar parte de la cotidianidad del área, tanto que al hablar de La Michelena se la asocia inmediatamente con el comercio.  

Armando Mera, otro de los vecinos del barrio, comentó que hace más de 3 décadas el negocio ambulante en La Michelena empezó con la venta de bombillos y musgo para Navidad y que con el paso de los años los comerciantes se organizaron y crearon asociaciones.

Actualmente, en La Michelena existen más de 200 comerciantes informales, cuyos negocios se enfocan en la venta de ropa, películas, comida, zapatos, antenas, controles, juguetes, etc. La actividad empieza a las 12:00 y concluye cerca a las 22:00.

Desde la época de los noventa, los vendedores conformaron 3 asociaciones (Aspecop, Mariscal Sucre y Michelena). Las agrupaciones surgen por la necesidad de evitar decomisos de su mercadería por parte de las autoridades.

Al sitio acuden diariamente, según cálculos extraoficiales, más de mil clientes, quienes encuentran en locales improvisados en las veredas artículos a precios económicos.
Con el paso del tiempo, el comercio ambulante de La Michelena fue un tema de preocupación para las autoridades municipales, puesto que se asoció a la informalidad con fenómenos tales como el incremento de la inseguridad.

Durante la administración de Augusto Barrera, se planteó la reubicación de los comerciantes a un nuevo centro de comercio, el cual empezó a construirse en la intersección de la av. Mariscal Sucre y la calle Juan Tipantuña. 

El proyecto contemplaba la edificación de una plaza con locales comerciales, patio de comidas, jardines, parqueaderos, etc. La inversión realizada hasta la época de Barrera fue de $3 millones.
El proyecto, que ahora luce deshabitado y en malas condiciones, debido al cambio de administración municipal se detuvo por más de un año y medio, tanto la ciudadanía como los comerciantes desconocían su destino.

Marco Vinueza, administrador Zonal de la administración Eloy Alfaro, comentó que la construcción del Centro de Comercio se detuvo por razones legales. Según Vinueza, se adeudaba $ 2 millones al dueño del predio en donde se edifica la estructura.

Además, la construcción de las casetas y las adecuaciones realizadas al lote no tenían planos legalizados, de acuerdo con el funcionario.

“Desconozco los motivos por los que no se concluyó la obra. Nunca nos entregaron un informe o un acta sobre la misma. Ahora, en marzo de 2015, estamos realizando acuerdos con el contratista, pues la obra fue construida sin planos (arquitectónicos, sanitarios, estructurales, etc.) aprobados”, dijo Vinueza.

Con respecto a la reubicación de los vendedores callejeros, el nuevo Centro de Comercio podrá albergar a 172 vendedores, de 200 inscritos. Pero aún no se define el modelo de gestión al que se acogerán los comerciantes para obtener un puesto en el sitio.

Los cronogramas de trabajo para finiquitar el Centro de Comercio tendrán 2 etapas. La primera se está cumpliendo y es la legalización de planos y la segunda es la ejecución de la obra, que empezaría en julio y concluiría en noviembre.

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