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El Telégrafo
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Los estudiantes tienen derecho a hacer escuchar su voz

La autoridad se ejerce mejor en democracia

La autoridad se ejerce mejor en democracia
27 de diciembre de 2015 - 00:00 - Zuying León, Colegio Eugenio Espejo

La autoridad se ejerce en el ámbito escolar mediante un conjunto de reglas y normas a las cuales docentes y alumnos están vinculados. Sobre esta base cabe preguntarse: ¿cuál es el límite que tienen profesores y alumnos para defender sus puntos de vista?

En el caso de los estudiantes de un colegio cualquiera, expresar su opinión y hacer escuchar su voz es un tema muy conflictivo ya que la autoridad la ejerce el docente de manera directa sobre el alumnado.

Sin embargo, hay caminos para ejercer los derechos democráticos, pero todo debe estar fundamentado en el respeto mutuo. Por ejemplo, se pierde la autoridad cuando el profesor eleva el tono de su voz innecesariamente; cuando no toma en cuenta la opinión de los estudiantes; cuando cree que sus conocimientos e ideas son los únicos valederos dentro del aula y no atiende los aportes de los estudiantes ni de sus propios compañeros de trabajo.

Sandra Castillo, estudiante del Colegio Nacional Eugenio Espejo, señaló que no se puede recibir respeto sin darlo antes. Todo tiene un límite, el cual no debe sobrepasarse pues se corre el riesgo de llevar al hartazgo a estudiantes y profesores.

Sandra comenta que el estudiante está para aprender y el maestro para enseñar, pero respetando la identidad, saberes y opinión de los alumnos. La amistad entre estudiantes y docentes no es mala, pero deben establecerse límites que no pueden ser sobrepasados.

Actualmente, la educación ha dado un giro radical en el país: hay nueva infraestructura (escuelas del milenio, colegios réplica, rehabilitación de planteles tradicionales) y existe capacitación para docentes entre otros elementos.

Por otro lado, los docentes cumplen desde hace un tiempo nuevos horarios para que tengan tiempo de atender a los padres de familia y estudiantes después de la jornada de enseñanza.

Aunque esta situación causó molestias en un principio, los docentes han ido adaptando sus actividades profesionales y personales a esta modalidad de trabajo. No obstante, en algunos casos se ha dado paso a la flexibilización de esos horarios con el fin de garantizar tanto el bienestar de los estudiantes como de los educadores. (I)

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