A una hora y media del centro de Quito se encuentra el barrio “Héroes de Paquisha”, ubicado en el suroccidente de la capital. El frío típico del sur es sentido a diario por sus moradores, quienes comentan que en estos días la lluvia ha sido frecuente, aunque no tan fuerte como para provocar inundaciones en las vías del sector.                   

El barrio está atravesado por una vía principal que no tiene nombre. A  los lados se encuentran pasajes y en cada esquina alcantarillas, que en su mayoría están llenas de arena y basura. De las 10 que se contabilizaron  en el recorrido realizado por este Diario, 8 no están limpias. 

Según  Norma Orozco, dueña de una panadería que funciona desde hace tres años y que está  ubicada en la calle principal, hace 8 días personal del Municipio y la directiva del barrio destaparon algunos sumideros. “Desde que estoy aquí es la primera vez que veo que vienen a limpiar”, resaltó.

La limpieza de las alcantarillas de la urbe capitalina está a cargo de la Empresa Pública Metropolitana de Agua Potable y Saneamiento (Emaps). Según datos de esa institución, desde octubre de 2012 se han limpiado más de 50 mil sumideros, es decir el 48% de los 114.175 existentes. Para este año, se tiene previsto invertir un millón de dólares en esas tareas.

Sin embargo, a criterio de Victoria Molina, habitante de la zona desde hace 18 años en este lugar no se evidencia el trabajo de limpieza. “Yo me acuerdo que dos veces vinieron a limpiar por aquí, pero eran militares los que intervinieron y de eso ya son algunos años”.      

A medida que se camina por las calles del lugar se puede observar que una de las causas de que los sumideros estén llenos de tierra es que algunos de los accesos a los pasajes no están pavimentados ni adoquinados, y por la época invernal están llenos de lodo. 

Wilmer A., quien tiene una vidriería en la zona, comentó que desde hace 5 años que  él empezó a trabajar en el lugar las cosas no han cambiado. “En este invierno no ha llovido muy duro, por eso no se ve el agua empozada, pero en otros años se debía pasar con cuidado por las calles”, manifestó.  
Similar realidad  viven los moradores del barrio “José Peralta”, ubicado por la misma zona. Aquí habitan unas cincuenta familias, quienes disponen de  una sola vía para transitar, denominada M, la cual es de tierra y en el invierno se convierte en un lodazal.  

En este sector hay una sola alcantarilla por la que se van las aguas servidas del barrio, la misma que  tiene agujeros por donde entra basura y  circula el lodo en  época invernal. 

Estela Colanchano, quien vive en la zona desde hace tres años, comentó que cuando la vía se inunda los vecinos deben hacer mingas para evacuar el agua.   

Para la limpieza de las alcantarillas de la urbe, la Emaps ha dividido a la ciudad en tres  grupos, según su vulnerabilidad y frecuencia de intervención: Alta, en donde realiza 4 limpiezas al año; media, con 2  limpiezas; y baja, 1 limpieza anual.  Para la intervención en parroquias, la Emaps suscribió un convenio con las 33 Juntas Parroquiales del Distrito. La institución  entrega los recursos (105.922 dólares) y los gobiernos parroquiales se encargan de ejecutar el trabajo.