Incendios estructurales han disminuido en 2013
Dos incendios estructurales se produjeron esta semana en la capital. El más reciente se suscitó ayer en la fábrica de productos de limpieza Dimabru, ubicada en la calle Juan Andrade, en el sector de Carcelén industrial.
El hecho se produjo a las 09:45 y alertó a las fábricas vecinas. Hasta el lugar se trasladaron alrededor de 40 bomberos y cuatro motobombas con las que lograron controlar el siniestro aproximadamente a las 11:00.
Las causas del evento aún se desconocen, pero de las versiones de los vecinos y empleados de la misma compañía se conoció que la llama se originó cerca de las ceras que utilizaban en la fábrica.
Alrededor de 100 obreros del sector ayudaron a los bomberos a apagar el fuego. El siniestro no dejó personas fallecidas ni heridas, pero sí afectó a una fábrica contigua en la que se elaboraban snacks y cuya infraestructura quedó devastada.
El lunes pasado un almacén de reparación de motocicletas, ubicado en la avenida 10 de Agosto y la calle Selva Alegre, también se incendió. Allí los miembros de la casaca roja controlaron el evento en una hora. La llamada de emergencia se habría registrado a las 17:00 y el fuego se propagó a las casas contiguas.
La llama se generó en el taller y se presume que una chispa activó los químicos y la gasolina que estaban en el lugar. En ambos casos el Cuerpo de Bomberos inició investigaciones para determinar las causas exactas de los hechos.
Entre 2010 y 2013 los índices de flagelos de este tipo han bajado, es así que: en 2010 se registraron 15 eventos; en 2011 fueron 10; en 2012 se contabilizaron 22; y en lo que va de este año ya son siete.
Los requisitos básicos para un local comercial son tener un extintor, lámpara y sensores de humoUn incendio estructural es el que se produce en casas, edificios y locales comerciales, entre otros, y cuyos eventos son de alta magnitud que solamente pueden ser controlados por los bomberos. Entre las principales causas de estos incendios se encuentran los accidentes domésticos, fallas eléctricas, manipulación inadecuada de líquidos inflamables, fuga de gases combustibles, acumulación de basura, velas y cigarros mal apagados, artefactos de calefacción en mal estado y cuando los niños juegan con fósforos, entre otros.
Según la Ordenanza Municipal 308, los locales comerciales deben obtener anualmente un permiso de funcionamiento conocido como LUAE, en el cual se incluye la certificación del Cuerpo de Bomberos que garantiza que ese establecimiento cuenta con las normas de seguridad requeridas para la prevención de incendios.
Los comercios son inspeccionados una vez al año, pero también se hacen operativos semanales en varios puntos de la ciudad, con énfasis en las discotecas y bares, donde se verifica el aforo del lugar.
Los locales se dividen en tres grupos: unos de riesgo mínimo, que corresponde a aquellos lugares pequeños en extensión y que además se dedican a actividades comerciales que no tienen riesgos, como las tiendas de abarrotes.
En un segundo nivel entran los comercios que por su extensión y su actividad tienen un riesgo mediano de incendios y pueden ser: restaurantes y discotecas medianas, entre otros. Un tercer nivel ocupan aquellos sitios considerados con riesgo alto, en el que se encuentran las industrias.
Entre los requisitos básicos de seguridad que debería tener un local comercial para funcionar adecuadamente están el extintor, una lámpara de emergencias y un sensor de humo. Pero las industrias o fábricas deben cumplir con todo un sistema de seguridad más elaborado.
Esteban Cárdenas, asesor técnico del Cuerpo de Bomberos, explicó que los problemas más frecuentes en las inspecciones tienen que ver con las instalaciones de sistemas de detección automática de incendios; sin embargo, el problema más grave es que la sociedad aún no se sensibiliza ante los riesgos.
Una de las recomendaciones principales es contar con conexiones eléctricas adecuadas y evitar sobrecargar a los tomacorrientes.