Muestra de fe antes de las fiestas
Los sonidos de tambores, clarinetes, flautas y platillos se hicieron presentes desde muy temprano en las calles del Centro Histórico de Quito. El motivo fue el desfile de 24 colegios municipales en homenaje a la fundación de la ciudad.
Cientos de ciudadanos hicieron un alto a sus actividades para observar las bandas de música que luego de recorrer varias calles se concentraron en los exteriores del Palacio Municipal, en donde saludaron al alcalde y a las autoridades.
Yazmín Túquerez, del Colegio Pérez Guerrero, pidió disfrutar de las celebraciones unidos por una ciudad cargada de historias y tradiciones por compartir.
Tras agradecer la visita, el alcalde Augusto Barrera dijo que los jóvenes representan la modernidad y pidió no olvidar la historia, ya que Quito es la libertaria de las naciones y por ello con honor lleva el nombre de “Carita de Dios”.
“Tenemos una ciudad que respira historia por todas partes. Una ciudad de tolerancia y de lugares en los cuales las guerras dejaron la huella de lo que hoy somos y de cómo nos formamos”, remarcó.
Luego de escuchar solemnemente el Himno a Quito, acompañado de la reina de la ciudad, Andrea Callejas, y varios concejales, dieron paso al acto de embanderamiento de la ciudad. Primero se izó la bandera del Palacio Municipal, de inmediato hicieron lo mismo todas las casas y edificios, con lo que la ciudad se vistió de azul y rojo.
Las autoridades municipales se trasladaron a la iglesia de La Merced, en la que se realizó la ceremonia litúrgica del tedeum (A ti, Dios) para solicitar protección a la Virgen.
La calle de honor, a lo largo de la calle Chile hasta la iglesia La Merced, estuvo formada por estudiantes municipales que portaban banderas de Quito y Ecuador, junto con policías metropolitanos y ciudadanía. En tanto, la Banda Municipal llenó el ambiente de ritmo de fiesta que fue complementado por las bastoneras del colegio Fernández Madrid, a quienes los presentes elogiaban al tiempo que gritaban: ¡Viva Quito!
La tradicional misa de acción de gracias o tedeum se cumple todos los años desde 1575.
En esta ocasión la cantidad de fieles disminuyó, inclusive no se evidenció la presencia de autoridades diplomáticas y de las diferentes funciones del Estado. El monseñor Fausto Gabriel Travis ofició la misa.
Paralelamente en otros puntos de la ciudad se desarrollaron eventos contemplados en la programación, entre ellos el Festival de la Chispa y Sal Quiteña, en Carcelén, al norte de la ciudad, la apertura de los museos del Centro Histórico, con entrada gratuita y continuaron los festivales de la comida típica.
En la noche el ambiente aumentó cuando se presentó el concierto de guitarras y se realizó el mundial del 40.