juegos pirotécnicos, disfrazados y naranjas fueron parte de la celebración
Guápulo cierra con alegría la fiesta de su patrona
Con la voz entrecortada y con los ojos humedecidos, Cecilio Maila habló de su devoción por la Virgen de Guápulo, imagen que recuerda a la Virgen de Guadalupe.
Maila colocó ayer, con su familia, guirnaldas en una de las calles del barrio por donde pasó la advocación religiosa en el cierre de las fiestas en su honor.
“La fe es lo que prevalece en la vida y nosotros somos devotos de nuestra patrona. Yo era sastre y solía confeccionar los disfraces y la ‘vaca loca’; ahora, cada sector se organiza. Es una tradición de muchos años”, manifestó.
La costumbre inicia anualmente a finales de agosto y durante 9 días los moradores le agradecen a la virgen por la vida y le piden salud. Una vez concluida esta práctica de veneración, los habitantes se organizan para las distintas procesiones.
Por ejemplo, el viernes pasado se realizó la ‘Entrada de las ceras’, las velas que iluminarían la iglesia de Guápulo y el sábado, desde las 14:30, se desarrolló una carrera de coches, previo al recibimiento de los disfrazados.
Baile popular, chicha, música, juegos pirotécnicos y comida típica son parte de la víspera: “Estuvo mejor que el año anterior, esta vez no hubo tanta restricción y la gente pudo disfrutar más de las fiestas”, contó Jimmy Martínez, quien vive 40 años en el barrio.
Con esto discrepa Laura Vargas, quien se mudó a San Juan de Calderón después de haber vivido 30 años en Guápulo: “Cada año vengo porque extraño a mis vecinos y compadres. Me parece que ahora no hubo mucha gente, porque antes la plaza se llenaba de personas y disfrazados; ya no es lo mismo”, aseguró apenada.
Este año, la familia Ligña se organizó para que dos de sus jóvenes allegados sean los reyes. Grace Santos Ligña (13 años) y Pablo Ligña Cunalata (12) ingresaron sobre caballos y acompañados de payasos y gorilas que bailaban al ritmo de la banda ‘Virgen de Lourdes’.
¡Que viva Guápulo! ¡Que viva Ecuador! ¡Que viva Colombia!, gritaba la banda colombiana que también escoltó la entrada de los soberanos a la iglesia.
Después de la procesión de la Virgen de Guápulo, se organizó la famosa ‘Bajada de Naranja’, donde los pobladores entregan la fruta a los visitantes. Con alegría los guapuleños expresaron un año más su amor a la patrona. (I)