Guagua Quinde sacó de La Mariscal a 120 niños
Emocionados y cansados después de jugar con el tenista Nicolás Lapentti bajaron del bus los niños del programa Guagua Quinde. “Conocimos a un famoso que nos enseñó a utilizar la raqueta y jugar tenis”, dijo Luis, sonriendo.
El programa forma parte de la Fundación Patronato San José; su objetivo es erradicar el trabajo infantil de los hijos de vendedores ambulantes de las calles del sector de La Mariscal y rescatar a los niños que se encuentran en situaciones deplorables junto a sus padres cuando trabajan, explicó Judith Morejón, directora del proyecto.
Más de 120 niños ahora llegan a la casa Guagua Quinde, que ofrece guardería, pre-kínder, tareas dirigidas, reinserción escolar y cuidado nocturno, de manera gratuita.
Antes ellos vendían en las calles con sus progenitores, bajo el intenso sol o lluvia, por lo que no tenían la vida normal de un niño, que es jugar, estudiar, divertirse; por eso nació la idea de cuidarlos mientras sus padres trabajan.
Mirely (4 años) acude al centro más de un año; aprendió a cantar, a contar los números; “me como las frutas y toda la sopita”, contó. Desde que nació, acompañó a su madre, Rocío Guadalupe, a vender chicles y caramelos en los buses.
La mujer es madre soltera y no tiene un familiar con quien dejar a su hija. El temor de que ocurra algún accidente al subir o bajar de los vehículos hizo que la incluya en Guagua Quinde. “Era difícil trabajar con mi niña, no podía subir con facilidad al bus y mi hija no tenía una vida normal”, relató.
Para Mirely la decisión de su madre fue la mejor; ante la pregunta ¿qué te gusta más venir a la guardería o salir a vender con tu mami?, respondió: “venir a la escuelita, porque juego, tengo muchos amigos y aprendo canciones”.
Otra de las comerciantes que está agradecida por la ayuda que le brinda la casa es María Aneloa, madre de tres hijos, que vende helados en el Playón de La Marín. Contó que el segundo de sus hijos, de tres años, cruzaba la calle y que varias veces se escapó de que el bus lo atropelle; por eso cuando se enteró del proyecto no dudó en inscribirlo.
“Yo amo a mis hijos, quiero lo mejor para ellos, por eso trabajo para darles de comer y mantenerles”, dijo María, quien vive solamente con sus niños.
La mayoría de las beneficiarias son madres solteras que no cuentan con el apoyo económico de los padres de sus niños o familiares.
Los niños de la casa no solo estudian y hacen sus tareas o juegan, sino también realizan actividades deportivas y de integración.
Con la ayuda del Ministerio de Deportes han conocido a varios atletas que han sobresalido; por ejemplo, a Álex Quiñónez, representante del Ecuador de los Juegos Olímpicos de Londres 2012. También al tenista Nicolás Lapentti, al ex futbolista José Francisco Cevallos, entre otros.
Los infantes del programa también han aprendido a tocar instrumentos musicales como tambores, piano y guitarra. “Con esos conocimiento salimos a las calles del sector, en una marcha musical para que los moradores evidencien que los niños también son parte de la ciudad”, señaló Morejón.