Punto de vista
Fiestas de Quito: ¡Viva Quito!
Con música, juegos lúdicos, desfiles, bailables, comidas típicas y desbordante alegría los quiteños y quiteñas festejan la fundación española de la ciudad.
Era la mañana del 6 de diciembre de 1534. Con un poco de imaginación podríamos ver avanzar a trote lento un corcel pardo, muy ataviado. Sobre la montura un jinete con armadura, casco y penacho, rostro feroz mal adornado por un exagerado bigote. Los cascos de la bestia avanzan sobre piedras y cenizas. Le siguen un numeroso grupo de soldados y no menos de 200 civiles. Había aclarado ya y apenas una leve neblina manchaba el día en que la colonización española fundara la ciudad de Quito, sobre los restos del Imperio Inca, en búsqueda del nunca encontrado, quizás nunca existido, tesoro de Atahualpa.
Al menos tal y como en los cuentos se pintan los tesoros. Lo que nunca alcanzó a entender Benalcázar y murió sin saber, es que en realidad el tesoro sería el mismo Quito.
Durante siglos esta fecha no tuvo mayor significación ni oficial ni popular, más allá de un eventual desfile, algún acto cívico en la ciudad y la Sesión Solemne de la Municipalidad de Quito con personajes adustos y almidonados.
Los festejos masivos y populares en honor a la ciudad iniciaron realmente en la segunda mitad del Siglo XX y su primera manifestación fue la ‘Serenata Quiteña’, que en la noche de cada 5 de diciembre anunciaba el nuevo aniversario de la fundación de la ‘Carita de Dios’ con festejos bailables en los diferentes barrios, donde albazos y pasacalles eran protagonistas y promotores de la alegría popular.
Una joya musical devenida casi en himno de las fiestas de Quito es el pasacalle ‘Chulla quiteño’. Chulla identificaba a aquella persona ‘única’ que en ocasiones especiales vestía y se comportaba como para superarse en apariencia.
Con los años otros eventos fueron sumándose a la celebración que ofrecen conciertos, exposiciones, ferias populares, concursos de comidas típicas. Iglesias, conventos y museos abren sus puertas y la ciudad toda se llena de alegría y bullicio. El Desfile de la Confraternidad se ha confirmado tanto que en la actualidad ha extendido su presencia y es realizado en tres lugares, el norte, sur y centro-norte.
No pueden faltar los Campeonatos “Mundiales” de Cuarenta, juego de naipes de cuyo origen no hemos encontrado referencias, lleno de ritos, expresiones llenas de gracia popular, donde intervienen las matemáticas, mucha estrategia y buena memoria.
Las mañanas y tardes de los festejos se colman de espectadores y corredores. Se trata de las carreras de coches de madera, construidos por los ‘pequeños ases del volante’ y seguramente con la ayuda de sus padres, amigos o algún familiar, fabricados artesanalmente.
Hace algunos años, a fuerza de estar presentes, se han vuelto populares las ‘chivas’, generalmente camiones ligeros con un techo y unos bancos, los cuales apenas se usan por cierto, ya que los grupos que las contratan apenas si se sientan, pues a la chiva se va a ‘fiestear’, a cantar y a bailar al compás de una típica banda de pueblo.
La gastronomía reina en las fiestas celebrando a Quito y en las huecas existentes, así como en decenas de plazas donde se instalan maestros y maestras del arte culinario, nos encontraremos degustando los típicos platos de estos festejos. Por supuesto que no pueden faltar los ‘canelazos’, siempre acompañados de la consigna “vivamos la fiesta en paz”.
La Bandera Nacional, acompañada de la bandera con los colores de Quito, adornan con sentido patriótico y reafirman el sentido de pertenencia de los moradores. Los edificios, monumentos, iglesias e incluso prácticamente todas las viviendas se iluminan con tal colorido y abundancia que observar la ciudad desde las zonas residenciales en las faldas del Pichincha es un espectáculo impresionante.
El Ministerio de Cultura y Patrimonio pone una variedad de eventos culturales en diferentes espacios de la ciudad, en los cuales se podrá disfrutar con la danza, el teatro, la literatura, la fotografía, el circo, música sinfónica, rock, blues, tradicional ecuatoriana, bandas de pueblo y hasta magia.
El viernes 27 en Atucucho los adultos mayores bailan; en Turubamba el sábado habrá teatro, circo, música y magia; las ‘bandas de pueblo’ harán lo suyo hasta el 10 de diciembre en todos los barrios urbanos y parroquias rurales; el blues y el rock´n roll estarán en la Plaza de las Culturas (Juan León Mera y Av. Colón) el viernes a las 17:00, y ese mismo día pero a las 20:00 la Sinfónica Nacional estará en la Casa de la Música con nuestra música tradicional; juegos tradicionales, ecuavoley y 40 en el espacio deportivo de la Ferroviaria Baja el sábado 5; muestra fotográfica patrimonial el domingo a las 16:00 en la sede social de San Carlos; teatro en la Plaza de San Francisco el lunes 7, todo el día; en la U. Central música popular el miércoles 9 en la tarde, y muchas propuestas más para que quiteños y visitantes celebren por todo lo alto a la ciudad Primer Patrimonio Cultural de la Humanidad.
Y la noche del 5 de diciembre se produce el clímax con el colorido espectáculo de los fuegos artificiales visibles prácticamente desde casi toda la ciudad. No es extraño encontrar un quiteño o quiteña en una terraza y dejar correr una lágrima de alegría al ver cómo en la noche se ilumina la ‘Carita de Dios’.
Las fiestas de Quito, dejando atrás la lejana fundación colonizadora, han pasado a ser, y por mucho, patrimonio de los quiteños y quiteñas, quienes no solo damos vida a la celebración popular, sino también los miles de compatriotas de otras partes del país e incluso los visitantes de otros países que vienen a compartir nuestra fiesta. (O)