Fiesta Q inicia con el pregón y la carrera de “Fórmula 1”
Los sanjuanitos, pasacalles y albazos envolvieron al público que asistió -la noche del viernes- a la Plaza de San Francisco para disfrutar del pregón que dio inicio a las fiestas de Quito por sus 478 años de fundación.
Un cielo opaco, propio de la época invernal, no preocupó a quienes se congregaron en el Centro Histórico para participar en una serie de eventos que forman parte de la agenda cultural por las festividades.
La seguridad del público estuvo garantizada por decenas de policías nacionales y metropolitanos que durante toda la noche vigilaron las plazas del casco colonial y calles aledañas, por donde paseaban visitantes de todas las edades.
En San Francisco, el telón lo abrió el artista riobambeño Paco Godoy, quien al interpretar “Mi Quito es un edén de maravillas” puso a bailar a todos los presentes, incluyendo a las autoridades municipales y a la nueva reina de la ciudad, Silvana Di Mella, en su primer acto oficial.
La música “nacional”, como la conocen los más jóvenes, llenó de algarabía al público, particularmente a las personas de la tercera edad. Los niños también disfrutaban con la música.
Juan Díaz, de 21 años, asistió para apoyar la música ecuatoriana: “Los pasillos y sanjuanitos deben ser más difundidos, es parte de nuestra cultura”, expresó.
Con su singular alegría y espontaneidad, Margarita Laso cautivó a los asistentes con un mosaico de temas, entre los que interpretó: “Esta pena mía”, “Matitas de perejil”, “Simiruco”, entre otros.
El homenaje al desaparecido salsero colombiano Joe Arroyo, interpretado por el ecuatoriano Jhonny Portilla, no fue menos ovacionado por los asistentes. Y tras concluir el concierto, La Ronda acogió a los visitantes con una amplia oferta gastronómica.
Otro evento tradicional de las fiestas de Quito es la 39 edición de la carrera de coches de madera “Jorge Aguilar Veintimilla”, que inició ayer. Veinte participantes, de 6 a 16 años, llegaron con sus carros hasta la calle Bartolomé de las Casas, en el norte de la capital.
En la primera categoría participaron niños de 6 a 9 años. Cerca de las 09:00 los competidores ajustaban sus cascos, rodilleras y uno que otro se ponía ropa extra para, en el caso de un accidente, amortiguar el golpe.
A Elvira Guamán (9 años) los nervios y el temor a ser golpeada por otros niños le hicieron llorar, pero su primo, que ya había participado varias veces, le dio un par de consejos y la motivó a participar.
El primero en salir fue Óscar Ayala (19 años), quien estaba impedido de competir por su edad, pero cada año abre la carrera por su trayectoria, pues ha estado presente desde los 7 hasta los 16 años. En ese tiempo ganó dos veces el primer lugar.
“Me gusta por la adrenalina. Al inicio tenía miedo, no soltaba los frenos, pero después lo único que quería era ganar velocidad”, relató. Su gusto por los coches de madera vino de sus abuelos, quienes lo ayudaron a construir su primer carro.
En la primera manga, de los cuatro niños que compitieron, el primer lugar lo obtuvo Joel Taraguay (9 años). Sus nervios eran evidentes, pese a que era la tercera vez que se inscribía.
Cuando llegó a la meta, con un tiempo de 1 minuto con trece segundos, se emocionó y contó que lo primero que pensó fue en no utilizar el freno hasta llegar a línea final.
La carrera de coches de madera busca incentivar la unión familiar durante la fabricación, comentó Marco Aguilar, promotor.
La segunda eliminatoria de la cerrera será el próximo jueves y se realizará en la calle Río de Janeiro y Nicaragua, a partir de las 19:00.
Los premios que se disputan los participantes son: primer lugar, $ 500; segundo puesto, $ 300; y tercero, $ 200.
El Sindicato de Mecánicos de Pichincha verifica que los participantes no usen otro tipo de material en los pequeños vehículos y que cuenten con todas las seguridades.