El 6 de mayo se cumplirán cuatro años desde que el entonces alcalde de Quito, Augusto Barrera, dio inicio a la prolongación de la avenida Simón Bolívar hacia el norte.
La obra, que amplía la vía perimetral capitalina desde Carapungo hasta el sector la Mitad del Mundo (más al norte), estaba previsto que durara inicialmente 18 meses (un año y medio).

Sin embargo, la ruta muestra todavía tramos que no están pavimentados, otros en los que los pozos de evacuación de aguas lluvias y servidas aparecen al descubierto y algunos más en los que la antigua vía aún no ha sido ampliada.

El sector conocido como La Dolorosa es uno de estos últimos. A esa altura, la Simón Bolívar permanece de tierra y con apenas dos carriles.

Carmen Ñapa, moradora de la zona, dice que aún resta por resolver la expropiación de algunos puntos de barrio. Cita como ejemplo la vivienda de Marco Basantes, presidente del Comité Promejoras, quien aún no abandona el inmueble a la espera de que la Alcaldía efectivice el pago.

Ñapa asegura que también está pendiente definir qué ocurrirá con la casa comunal, que también resultará afectada por el nuevo trazado de la vía.

Para esclarecer estas situaciones, los vecinos tienen previsto reunirse el próximo sábado, a partir de las 12:00, con funcionarios de la empresa municipal de obras públicas.

Nidia Raza, habitante de Carapungo y quien se desplaza dos veces a la semana por la vía en dirección a Pomasqui, espera que los trabajos concluyan lo más pronto posible.

“La ampliación y pavimentación de parte de la carretera sí ha ayudado; algunos buses de la Mitad del Mundo pasan por aquí y es más fácil movilizarse. Pero cuando llueve, la vía se vuelve un lodazal y cuando hace sol, el polvo no se soporta”.

La extensión de la Simón Bolívar 15 kilómetros hacia el norte tiene como objetivo ofrecer una alternativa al tránsito que se desplaza desde el extremo norte capitalino, debido a la saturación que sufre la av. Manuel Córdova Galarza, que conecta directamente a Quito con la Mitad del Mundo.

La inversión en los trabajos alcanza, de acuerdo con la actual administración municipal, los $ 160 millones. La Alcaldía pasada calculó el costo del proyecto en alrededor de $ 120 millones.

Según el Cabildo, el nuevo costo incluye contratos complementarios de agua potable, alcantarillado y sistemas eléctricos que se ejecutaron en el intercambiador Carapungo, en un extremo del proyecto.

Del costo, $ 80 millones son provistos por el Gobierno Nacional a través de un crédito concedido por el Exim Bank de China en mayo del año 2013. $ 21,1 millones provenientes de un préstamo del Banco de Desarrollo del Ecuador (BdE) están destinados para pagar las expropiaciones.

La obra ha tenido, también, cambio de dimensión. La pasada administración planificaba que la extensión alcanzara los 21,29 kilómetros (km), frente a los 15 km actuales.

Hasta mediados de febrero, los trabajos registraban un avance del 60% y el gobierno local prevé que estén concluidos en el segundo semestre de este año.

Según los cálculos municipales, la obra beneficiará aproximadamente a 300 mil personas. (I)

Los vecinos de las zonas aledañas a la carretera se quejan de los accesos y de la cantidad de polvo o lodo que soportan dependiendo de las condiciones del tiempo. Foto: Álvaro Pérez / EL TELÉGRAFO