Un fuerte estallido despertó alrededor de la 01:45 de ayer a los habitantes de Pifo, parroquia rural del nororiente de Quito.

Según el Comité de Operaciones de Emergencia (COE) metropolitano, una chispa producida por una congeladora causó la combustión de gas licuado de petróleo (GLP) acumulado en un comercio ubicado en el centro de la población.

La evaluación preliminar de los daños determinó que no hubo víctimas, pero que el hecho afectó al local involucrado, a otro aledaño, dos viviendas cercanas y al inmueble donde funciona la Junta Parroquial.

El efecto en los inmuebles dañados de forma indirecta fue básicamente la rotura de vidrios y de algunos elementos decorativos que cayeron debido a la onda expansiva.

En tanto que el lugar del estallido resultó seriamente dañado. Funcionaba allí un negocio de internet y cabinas telefónicas.

Olga Chávez, propietaria del negocio, calculó en $ 5 mil las pérdidas que sufrió a causa del siniestro.

A través de los medios de comunicación, la mujer pidió ayuda pues dijo que el local era su única fuente de recursos y que en su adecuación utilizó todo el dinero que había logrado ahorrar.

Durante toda la mañana, los moradores de los inmuebles afectados se dedicaron a limpiar los efectos de la explosión. El de ayer fue el segundo incidente grave ocurrido en el Distrito en los últimos 2 meses.

El 10 de diciembre pasado un estallido destruyó un apartamento de un edificio ubicado al norte de la ciudad.

Debido a este hecho, la pareja de recién casados Cristina P. (26 años) y Ricardo L. (27 años) resultó con heridas graves y fue internada en el Hospital Carlos Andrade Marín, del IESS.

A pesar de los cuidados que recibió en la casa de salud, la joven, quien sufrió quemaduras en el 40% de su cuerpo, falleció.

Tras esto sus familiares exigieron que se investigue el caso y se sancione a los responsables.