Se invirtieron $ 120 millones en la zona
“Estamos dejando un Centro Histórico incluyente y diverso”
La Directora del Instituto Metropolitano de Patrimonio (IMP) habla sobre los proyectos emprendidos en su administración y la proyección del casco antiguo de la ciudad.
¿Cuál será el futuro de la preservación del Centro Histórico?
Creo que el Centro ha tenido mucho impulso sostenido y no solo en esta administración; este debe ser el sector de la ciudad que más inversión y atención recibió. Tenemos casi todos los conventos atendidos, aunque no en su totalidad. Ahora tenemos 2 conventos que están en situación crítica, pero se los atenderá. Todos los edificios públicos están intervenidos: museos, bibliotecas, iglesias, entre otros. Veo un futuro alentador para el Centro Histórico quiteño.
El Alcalde de la ciudad ha mencionado que 20 mil personas abandonaron el Centro Histórico ¿Qué medidas se deberían tomar para el retorno de moradores a la zona, no solo en los proyectos habitacionales, sino en casas patrimoniales abandonadas?
Creo que primero se debe conocer de qué zona se están tomando esos datos, porque hay barrios que no se han despoblado. El abandono sucede básicamente aquí, en el núcleo central, pues existen varias razones para eso. Por ejemplo, el tráfico es complicado; en ocasiones se dan levantamientos políticos; los lunes se cierran las calles por el cambio de guardia Presidencial. Y claro, no es el lugar más óptimo para vivir en comparación con barrios como San Marcos, que son más tranquilos. También existe una fuerte presión comercial que hace que los dueños prefieran el arriendo de locales a vivir en el sector. Además, los hábitos de convivencia cambiaron, pues ahora la gente necesita más espacios públicos.
¿Qué Centro Histórico nos deja esta administración?
Es un Centro donde se ha pensado mucho en la diversidad; hemos tratado de ser muy incluyentes. Esto significa que no es un Centro Histórico museo o vitrina. Somos un espacio vivo donde convivimos comerciantes, indigentes, burócratas, turistas, prostitutas y religiosos. Nos interesaba mucho provocar esa diversidad, porque existen otros centros que se han convertido únicamente en turísticos y no encuentras estos espacios de convivencia. Otro aspecto importantísimo es la infraestructura en espacio público, pues se intervino con más de $ 70 millones. Dejamos el parque Qmandá, los centros de desarrollo comunitario, etc. También se fomentó un turismo planificado, se iniciaron varias investigaciones sobre este lugar para evitar malas percepciones. Se han invertido $ 120 millones solo en el Centro, tanto en restauración como espacio público. Además, dejamos estructurada una solución de movilidad que es el Metro y una gestión consistente y políticas claras de planificación e intervención.
¿Cuál es el reto para la futura administración?
Pienso que el reto se centra en lo privado, en fomentar más que los dueños de las casas actúen. Los tipos de fomento no siempre son los económicos; también es necesario presionar para conocer bien quiénes son los propietarios, para que las casas no sean de engorde; es decir, que solo se cobra la renta, más no se la mantiene en óptimas condiciones.
¿Qué proyectos quedan pendientes?
Es todo lo natural que rodea al Centro Histórico como el Panecillo, las laderas del Pichincha, el Censo, la piscina del Sena. Esto porque para los quiteños, hoy en día, el patrimonio está ligado a lo natural, especialmente para los jóvenes.