En un área de 26.750 metros cuadrados se edificará la primera estación del sistema de transporte público subterráneo Metro de Quito.

Los terrenos donde actualmente funciona el Complejo Deportivo del Cuerpo de Ingenieros del Ejército, entre las calles Rodrigo de Chávez y Jacinto Collahuazo, en el sur de Quito, se transformarán en un intercambiador de buses de transporte público, mientras que a 26 metros de profundidad se construirá la estación La Magdalena, una de las 15 paradas que tendrá el tren subterráneo.

La empresa española Acciona Infraestructuras S.A. estará a cargo de la obra que, según el cronograma, iniciará en febrero próximo y está previsto que concluya en diciembre de este año.

Los trabajos correspondientes a la perforación del túnel que tendrá una extensión de 22 kilómetros iniciarán en esa zona de la ciudad, mientras que las instalaciones electromecánicas comenzarán en agosto próximo y concluirán en 2016.    

La inversión alcanza los 1.499 millones de dólares, de los cuales el 50% será financiado por el Gobierno y el resto mediante créditos con organismos internacionales.

La obra, considerada la tercera más importante del país después de la Refinería del Pacífico y del proyecto hidroeléctrico Coca Codo Sinclair, es calificada por los moradores de La Magdalena como vital para la movilidad desde el sur hacia el norte de la ciudad. Además, porque en la superficie se construirá un parque con espacios destinados a eventos culturales y un coliseo.

Según María Sevilla, quien labora como secretaria de una empresa ubicada en la Kennedy, en el norte de la capital, le toma entre 90 y 120 minutos llegar a su trabajo, pese a que utiliza los sistemas integrados de transporte como el Trolebús.

Con la construcción del Metro Q el tiempo estimado para atravesar la ciudad sería de 35 minutos, en un trayecto de aproximadamente 40 kilómetros.        

La expectativa de los ciudadanos también gira en torno al comercio que se pueda generar en la zona, donde actualmente se ubican colegios, bancos, consultorios médicos, restaurantes y despensas de víveres. Para Lorena Quiroz, propietaria de una despensa desde hace 8 años, la construcción de la parada del Metro Q aportará para que sus ventas crezcan.   

Sin embargo, la duda más constante entre los habitantes de La Magdalena es sobre las posibles afectaciones que tendrían sus viviendas e infraestructuras por  los trabajos de excavación. Al respecto la Empresa Metropolitana Metro de Quito indicó que dentro de la planificación para la construcción de la estación subterránea se incluyó el estudio de suelos, realizado por el Metro de Madrid.

El estudio contempló una serie de perforaciones cada 300 metros en los 22 kilómetros que tendrá el túnel y los resultados de la investigación determinaron que el 99% del subsuelo de la ruta trazada está conformado por suelos compactos, especialmente de la formación cangahua, con presencia de suelos blandos y, apenas el 1% restante es roca andesita ubicada en las proximidades de

El Panecillo. Con ello, se concluyó que “el suelo de Quito es apto para los trabajos de excavación y se garantiza por ello la seguridad, estabilidad y operatividad en la obra”.

Frente a eso, los moradores de la zona manifestaron que no tenían conocimiento de los detalles técnicos. Marina Caisapanta, quien vive sobre la calle Gatazo hace más de 40 años, comentó que conoció del proyecto a través de los medios de comunicación, pero que hasta el momento el Municipio no les ha explicado cómo se desarrollarán los trabajos y si se verán afectados.

Los profesores Diego Betancourt y Byron Yépez, pertenecientes al Comité de Seguridad del Colegio Técnico San José, ubicado detrás del Complejo Deportivo, en cambio, señalaron que ya cuentan con un Plan de Contingencia para alumnos y docentes con el fin de reaccionar oportunamente ante un eventual caso de emergencia que se presente durante la construcción.