El municipio pide a la ciudadanía utilizar responsablemente el recurso
En verano, el consumo de agua sube 10% en Quito
Zoila Celeste Chacón vive desde hace 25 años en el barrio Santa Anita, al noroccidente de Quito. La mujer, de 73 años, hace varias semanas acumula en su casa agua en recipientes.
“Recojo agüita; la tengo unos días y cuando veo que no pasa nada, la utilizo para lavar los trastos, regar las plantitas o para el baño”.
Dice que es una precaución que tiene desde el año pasado en caso de que se repitan los racionamientos que ocurrieron en esa zona capitalina, en la época seca de 2015.
La reducción de las fuentes de agua provenientes del Pichincha y el aumento del consumo del líquido que ocurre, generalmente, en la ciudad en este período del año causaron la situación.
Jaime Garzón, de la Empresa Municipal Agua de Quito, señala que el consumo en la ciudad pasa en verano de los 200 litros por segundo (l/s) diarios a 220 l/s.
Esto equivale a un 10% más del líquido que utilizan, en promedio, los habitantes de la capital.
El desperdicio veraniego de agua significa, según el funcionario, una cantidad de líquido capaz de llenar 1.000 piscinas diarias. Por ello, la entidad municipal realiza una campaña en redes sociales y medios de comunicación que busca reducir el desperdicio.
El Cabildo recomienda, por ejemplo, mantener bien cerradas las llaves de agua, pues su goteo equivale a 80 botellas personales. Asimismo, cerrar la llave mientras nos cepillamos los dientes permite ahorrar 10 litros de agua; esto es lo que ocupa una familia de 5 miembros para cocinar en un día.
Y del mismo modo, al lavar el carro con balde y franela en lugar de utilizar manguera, se ahorran 500 litros de agua; la cantidad necesaria para dejar limpios 60 vehículos con el sistema recomendado.
Sobre los problemas de abastecimiento ocurridos en 2015, Garzón apunta que la terminación del proyecto de agua para los barrios noroccidentales, previsto para este año, solucionará ese tema. (I)