En casa abandonada vivían las adultas mayores rescatadas en La Libertad
Asustadas y con lágrimas en los ojos. Así se encuentran María Rosario Guacollantes (73 años) y María Mercedes Piña (84), un día despúes de que su casa en el barrio Cima de La Libertad, en el centro histórico de Quito, se afectó por la fuerte lluvia que cayó el pasado miércoles en la capital.
“Una de las señoras estaba cubierta de lodo, le ayudamos, pero el agua seguía bajando por la montaña y nos daba miedo por su hermana que estaba adentro de la casa que parece que ya mismo se cae”, contó Juan Alomoto, morador del barrio, quien con ayuda de vecinos del sector logró rescatarla.
Según la Unidad de Emergencias de la Empresa Pública de Movilidad y Obras Públicas (Epmmop), la tarde del miércoles, cerca de 60 metros cúbicos de lodo, además de ramas y piedras descendieron desde la ladera, producto de la fuerte lluvia.
Hace aproximadamente 3 años las hermanas se instalaron en una vivienda abandonada de la avenida Libertadores. Graciela Cevallos, vecina del sector, cuenta que la casa le pertenecía a unos primos, pero que fueron alertados por los riesgos de la edificación. “Hace unos 18 años se dio una temporada de lluvias parecida a la de ahora. Entonces el Municipio ya les dijo a mis primos que la casa estaba en una zona de riesgo, a pesar de que ellos tienen escrituras del terreno y todo, y que debían ser reubicados, ellos se asustaron y la dejaron”. De a poco, la casa fue desmantelada; se sacaron las puertas, ventanas, tejas..
Cevallos pensó que nadie volvería a vivir en ese lugar, hasta que un día vio cómo las dos ancianas ubicaban tablas y plásticos para tapar lo que quedaba del techo. Esa estructura descuidada se convirtió en su hogar.
Ambas sobrevivían pidiendo caridad en las calles de Quito. También reciclaban botellas de plástico y papel. Sin embargo, estas actividades no les proporcionaron ingresos suficientes, por eso mendigaron por alimentos en los mercados e incluso buscaban comida en los basureros. El único familiar que tienen es el hijo de María Rosario, Jorge Guacollantes (36 años), pero estuvo preso y por ello no pudo atenderlas antes.
Esta mañana el personal del Patronato San José les realizó valoraciones psicológicas, físicas y médicas a las adultas mayores; se determinó su incapacidad para vivir solas. Su salud está bastante deteriorada y su estilo de vida les causó algunos daños psicológicos; así lo confirmó Andrea Saltos, psicóloga del Patronato Municipal San José.
Las hermanas vivirán definitivamente con Jorge Guacollantes en el sector de La Colmena Alta. Saltos aseguró que la institución se asegurará de que todas sus necesidades (camas, medicina y alimento) sean cubiertas.
Según información del COE Metropolitano, la edificación se encuentra en pésimas condiciones, “sin techo y con las paredes cuarteadas” y en cualquier momento puede colapsar.
El rescate de las adultas mayores fue difícil. El personal del COE Metropolitano tuvo que atar a una de las hermanas a una camilla para su descenso. Fueron llevadas a la Unidad Operativa Zonal Eloy Alfaro, en la que funciona el Albergue Metropolitano, en el sector de La Gatazo.
En ese centro llegaron a las 21:00, según el inspector Tomás Zambrano, recibieron cuidados básicos. “Nuestro personal se encargó de darles un baño, alimento, ropa y zapatos. Ellas estaban muy agradecidas”.
Sin embargo, a los vecinos del barrio les preocupa los cerca de 20 animales entre perros y gatos que acompañaban a las mujeres. “Todavía están llorando los animalitos, parece que algunos están encerrados en la casa”, comentó Carmen de Guanuquisa, vecina del sector.
El inspector Zambrano aseguró que las mascotas también serán rescatadas y llevadas a centros veterinarios, donde se evaluará su estado y posteriormente serán entregadas en adopción. (I)