El undécimo estudio de soporte del Metro de Quito mostró los impactos positivos que tendrá la urbe capitalina con la implementación de este medio de transporte. La primera fase del proyecto iniciará con la construcción de la estación  de la Magdalena, en noviembre de este año.

Este viernes, la Unidad Especializada Metro de Quito presentó un estudio de impacto de la obra dirigido al desarrollo Urbano de la Ciudad, que fue realizado por la Escuela de Diseño de la Universidad de Harvard (Estados Unidos).

Entre las conclusiones obtenidas destacan “los beneficios a la movilidad ciudadana, el salto cualitativo en tecnología, actuaciones necesarias que minimicen los impactos ambientales y corresponder a los desafíos en el ámbito de la ingeniería”, mencionó Edgar Jácome, gerente de la Unidad.

El ecuatoriano Felipe Correa fue el encargado de dirigir el estudio, que inició en octubre del año pasado. “La investigación dio como resultado, entre otras cosas, que Quito tiene un gran potencial urbanístico”, mencionó el profesional, quien añadió que “las 15 paradas con las que contará el Metro de Quito permitirán crear espacios culturales y de distracción para los usuarios”.

La segunda fase del proyecto, que incluye la construcción del túnel de 22 km y las restantes estaciones, iniciaría en agosto de 2013 y culminaría 36 meses después. El costo total haciende a $1.400 millones.

Durante el periodo de construcción del Metro de Quito, la movilidad “no sufrirá mayor cambio, porque la obra es fundamentalmente subterránea, así que en la superficie las afectaciones van a ser mínimas y muy puntuales”, manifestó Carlos Páez, Secretario de Movilidad del Distrito Metropolitano de Quito.

Esas afectaciones puntuales serían que en la construcción de algunas paradas “tendríamos que cerrar algunas vías, pero nada que se convierta en un problema para el desarrollo fluido de la movilidad”, acotó Carlos Páez.