En barrios del sur sigue escaso gas de uso doméstico
Los letreros de “No hay gas” otra vez aparecieron en las bodegas ubicadas en barrios como Santa Ana, Iess Fut, ciudadela Atahualpa y El Pintado, en el sur de la ciudad.
Carolina Pozo, moradora de Chillogallo, contó que hace tres semanas se quedó sin el combustible y solo hace tres días logró comprar una bombona, pero no en la distribuidora de su barrio, sino luego de recorrer varios sectores hasta llegar a La Magdalena donde un carro repartidor accedió a venderle en tres dólares. “Hace unos días un carro dejó cinco cilindros en la tienda cercana a mi casa, pero cuando me acerqué a comprar, el chofer me dijo que ya no había gas”.
Para la Intendenta de Policía de Pichincha, Cristina Silva, todavía no se puede hablar de un desabastecimiento en la provincia, ya que el cupo asignado por las autoridades de Hidrocarburos no ha restringido el cupo de distribución, pero explicó que las dificultades de despacho se produjeron desde que la Refinería de Esmeraldas, donde se produce el Gas Licuado de Petróleo (GLP) que abastece a Pichincha, entró en mantenimiento, en febrero pasado. Esa medida —necesaria— produjo un retraso en el despacho del gas a los distribuidores, precisó.
Al momento, la embasadora de combustible está operando normalmente, por lo que se espera que el problema que todavía se evidencia en algunas partes de la ciudad se solucione en los próximos días.
Según la Agencia de Regulación y Control Hidrocarburífero (ARCH), para la provincia de Pichincha se destinan diariamente alrededor de 600 toneladas de Gas Licuado de Petróleo (GLP), que corresponden a unos 40 mil cilindros. De ellos, el 90% se dirige a Quito.
Sin embargo, para Carmen González, propietaria de una distribuidora de gas que abastece a los barrios de San Bartolo, La Argelia, Miravalle y San Martín de Porres, el problema radica en que desde la matriz de Agip Gas, ubicada en la parroquia de Pifo, no salen las plataformas requeridas para los diferentes sectores de Quito.
Por ejemplo, en el Centro de Acopio de Agip Gas ubicado en San Bartolo, de las seis plataformas que se necesitan para despachar a los 53 distribuidores barriales, ayer solo llegaron cinco. “Para cubrir a todos mis clientes necesito 120 cilindros, pero nos están restringiendo el cupo a 70 por carro”, indicó González.
La comercializadora Agip Gas recibe 570 toneladas al día, de las cuales el 50% se distribuye al sur, el 40% al norte y 10% a los Valles de Quito.
Para los pequeños distribuidores uno de los problemas que ha restringido la entrega del GLP en la ciudad es que la comercializadora redujo la jornada de despacho, pues antes se hacía de lunes a domingo y ahora solo hasta el sábado.
A esto se suma que los distribuidores han tenido que asumir los costos de las horas extras de los estibadores y de los choferes de las plataformas que llegan hasta los centros de acopio.
Ricardo Flores, titular de la Asociación de Distribuidores de Gas Licuado de Petróleo, mencionó que es necesario que el Gobierno promulgue un reglamento de tarifas diferenciadas para quienes se dedican al transporte y venta del combustible. Y ratificó que como medida preventiva sus agremiados han decidido pagar más a los transportistas privados para que les entreguen el producto y tratar de superar el problema.
Al respecto, el ex Ministro de Recursos Naturales No Renovables, Wilson Pástor, a finales de abril adelantó que se revisarán las tarifas de todo el sistema de comercialización de gas doméstico, incluido el transporte y la distribución. Actualmente el precio del cilindro es de 1,60 dólares si se compra en las bodegas, pero si se compra en los vehículos distribuidores el costo se eleva a 2,75 dólares.
La intendenta de Pichincha también explicó que el precio del combustible a domicilio no puede superar los 3,00 dólares, ya que se ha hecho un avalúo entre la ARCH y los distribuidores tomando en cuenta el costo de la transportación.
Como medidas de control en Pichincha, desde la Intendencia, se realizan controles semanales en los que se verifica el uso del GLP. Solo el pasado jueves se decomisaron 30 cilindros que eran usados por restaurantes, cuando en este tipo de negocios tiene que adquirir el gas industrial.
Además, la Policía de Hidrocarburos realiza labores de inteligencia en las que se puede detectar si hay un desvío del combustible con fines ilegales. En los últimos meses se sancionaron a dos bodegas de GLP ubicadas en la ciudad.